Desde que Donald Trump ganara las elecciones de Estados Unidos, hace apenas dos días, su trasformación pública ha sorprendido a muchos. Con un discurso más medido y una actitud mucho más sosegada los expertos en comunicación corporal y no verbal tienen mucho que decir de los cambios del magnate.
En el análisis de un experto recogido por la BBC se afirmaba que Trump no había entrenado nunca su lenguaje corporal, pero el profesor Geoff Beattie discrepa: “No creo que no se haya entrenado nunca. Trump tiene un lenguaje corporal único. Algunos de sus gestos son inusuales y no estoy de acuerdo en que no los haya ido entrenando. Ha llegado a una cierta forma de arte en el gesto”.
Utilizar gestos potentes y regulares puede convencer más fácilmente a una multitud. De hecho, el estudio del profesor Beattie concluye que si las personas escuchan discursos acompañados de muchos gestos, estas son más propensas a recordarlo, gracias a lo que en psicología es conocido como codificación.
“Trump tenía los requisitos necesarios para seducir a las masas y opinión pública: dinero, fama, familia, imagen e ideología entre muchos otros, todo ello ha sido determinante para conseguir la presidencia norteamericana. Ha sido muy radical en sus ataques, que se hable de él aunque sea mal, Trump considera que toda publicidad es buena y más si es gratis”, explica Fernando Herrero-Nieto, presidente de Asociación Española de Marketing Político (ASESMAP).
Además, Herrero-Nieto confiesa que “con su elección ha dejado sin palabras a muchos estrategas, consultores y analistas del mundo entero. La clave del mismo ha sido sin duda, lo directo del mensaje, rápido, ágil y enmascarado entre una mezcla de populismo neoliberal y una realidad casi Kantiana en los Estados Unidos actual”.
Donald Trump es una persona que domina la escena, viene de la televisión y eso se nota. En general, el lenguaje corporal del multimillonario es de sobra reconocido por sus gesticulaciones y ceños fruncidos. «Cuando se trata de lenguaje corporal, nadie lo hace mejor«, destaca David Givens, director del Center for Nonverbal Studies (Centro para Estudios No Verbales), «nadie lo ha hecho así de bien desde John F. Kennedy o Mussolini».
Sin embargo, en su primera intervención como presidente el experto José Luis Ovejero destaca que “desaparecen sus expresiones faciales más emocionales de ira que han acompañado sus intervenciones públicas, así como los gestos más radicales como el dedo índice estirado (acusador)o subir y bajar con fuerza el brazo (gesto látigo). Además, las posiciones corporales son más contenidas. Sin moverse tanto por el escenario, más centrado y dejando atrás sus facetas más interpretativas, como cuando hacía supuestas imitaciones de algunos comportamientos de sus críticos”.
En TEINTERESA hemos contado con Javier Torregrosa, experto en comunicación no verbal, para interpretar el lenguaje corporal de Donald Trump en su primer discurso como presidente electo, donde trasmitió un mensaje conciliador, pero según Torregrosa con importantes discrepancias entre sus palabras y el lenguaje corporal empleado.
“Trump dice que recibió una llamada de la secretaria Clinton, en ese momento su labio inferior cae, se hunde. Nos ilustra que tiene malestar con Hillary. Poco después, Trump eleva la comisura izquierda. Este es un gesto inequívoco de desprecio. Cabe destacar que la elevación de la comisura en el lado izquierdo de su boca está vinculada con el pensamiento de que él es mejor que ella”, explica Javier Torregrosa.
“Poco después, Donald Trump dice que él también le ha dado la enhorabuena a Hillary Clinton, justo en ese instante realiza otro gesto de desprecio, esta vez en otra de sus variantes: eleva las cejas y baja los párpados. Seguidamente, el labio Inferior se eleva empujando al superior. Significa duda», analiza Torregrosa. En ese momento Donald Trump está diciendo: “Hillary ha trabajado durante mucho tiempo y duramente…».
«Otro gesto, más habitual en los speech de Trump es el de su mano; una mano que se nos ofrece enseñando la palma hacia arriba y que nos indica “barrera”, a él no le vale todo el mundo y siempre quiere tener una distancia sobre sus interlocutores», detalla el experto. «Un gesto similar al de un agente de la policía local regulando el tráfico, nos enseña su palma de la mano con los dedos levantados, todos sabemos lo que quiere decir: Stop, pare, no pase, manténgase a distancia. Trump utiliza este gesto en casi todo su discurso”.
«Sus expresiones son de »manual» de Comunicación no verbal científica», destaca. «Es tan expresivo que sus gestos nos revelan a cada instante su pensamiento, sus sentimientos de superioridad o desprecio. En esta ocasión al tener un discurso más moderado, se puede apreciar incongruencia entre su mensaje verbal y su comunicación no verbal al hablar de Hillary Clinton. “Podemos saber que es coherente durante casi todo su discurso, porque utiliza siempre su mano izquierda para hablar; este gesto nos desvela que está siendo franco y que transmite lo que piensa, sin control ni manipulación”, matiza Javier Torregrosa.
Por último, cuando Donald promete que va a ser el presidente de todos los americanos, su vicepresidente mueve la cabeza verticalmente afirmando, pero “cuando alguien está seguro de ello, el primer movimiento al “decir sí” con la cabeza es bajándola, al contrario de lo que hace el vicepresidente que empieza hacia arriba. Este gesto nos indica que no está convencido de que Trump vaya a ser el presidente de todos los americanos”, puntualiza el experto. Este movimiento contradictorio se repite cuando Trump expone que van a llevarse bien con todas las naciones, por lo que su vicepresidente tampoco parece creer que esto sea cierto.