La esperanza de encontrar a algún superviviente del naufragio del Sewol se esfuma con el paso del tiempo. El buque de 6.825 toneladas se hundió con tanta rapidez que los expertos no dan crédito. Dos horas después de emitir la alarma de socorro, sólo su quilla emergía fuera del agua. Las causas del accidente siguen sin conocerse pero testimonios de pasajeros dan a entender que el ferry tocó el fondo del mar al chocar con algún elemento.
Según las autoridades, el barco habría realizado un cambio de dirección brusco en lugar de girar de forma gradual en aguas frente a la costa suroeste de Corea del Sur. Este giro podría haber causado el desplazamiento de parte de la carga, lo que habría desequilibrado el barco y provocado su vuelco, según una nueva hipótesis planteada por expertos que todavía no ha podido ser verificada.
El profesor de Derecho Marítimo de la UPC y Presidente de la Asociación de Derecho Marítimo del Colegio de Abogados de Barcelona, Jaime Rodrigo de Larrucea explica a www.teinteresa.es que “su hipótesis, por factor de experiencia, es que primero hubo el choque y la carga mal o poco trincada se soltó. El efecto es letal sobre la estabilidad del buque. Los ferrys son enormes “cajones”, si metes agua y la carga se suelta, ya tienes una “estabilidad negativa” y el barco vuelca.
Preguntado por la rapidez del hundimiento, el experto asegura que las trincas o cadenas que sujetan la carga aguantan hasta una inclinación de 45 grados. Pasada esta inclinación suelen romper y sueltan los coches, carga y demás. “Si aumentando la inclinación del buque y también más entrada de agua y se produce el vuelco total. Eso explica la rapidez del hundimiento”, describe el experto.
Aparte de las cuestiones técnicas implicadas en el rescate hay otro motivo que estaría detrás de la magnitud de esta tragedia. Se trata de la actuación del capitán, quién abandonó el barco así como las instrucciones que recibieron los pasajeros.
Los sobrevivientes indicaron que la tripulación les dio la orden de no moverse de sus asientos después del choque. «Esperamos entre 30 y 40 minutos», contó un estudiante. «Después se inclinó y todo el mundo se puso a gritar y a intentar salir de allí desesperadamente». Imágenes tomadas a bordo con el teléfono por un superviviente muestran a una mujer que gritaba «¡Llega el agua! ¡llega el agua!».
En el barco había 46 botes salvavidas, sin embargo según las informaciones de la cadena surcoreana YTN, recogida por la CNN solo habrían utilizado uno de los botes. Precisamente otras imágenes recogidas en la JTBC mostraron que 12 capsulas de supervivencia en las que se encuentran los botes salvavidas, permanecía amarradas a la embarcación cuando ésta ya estaba casi hundida. Sin duda esta revelación alimentará todavía más la ira y desesperación de las 287 familias que todavía esperan un milagro.
Los socorristas piensan que los pasajeros se vieron atrapados, incapaces de escalar el barco que se hundía. Un responsable de las operaciones de búsqueda, Cho Yang-Bok, estima sin embargo que «hay pocas posibilidades» de que alguien haya sobrevivido en una bolsa de aire más de 24 horas después del naufragio.
En unas imágenes grabadas desde el mar en el momento del naufragio, unos pasajeros aterrados, con chalecos salvavidas, se suben a las barcas de salvamentos mientras el agua recubre poco a poco el puente y el ferry se desliza suavemente hacia el fondo. Otros se arrojan al agua, cuaya temperatura es de 12ºC, y son recuperados por socorristas o pescadores que fueron los primeros en llegar al lugar.
El ferry cubría el trayecto entre el puerto de Incheon (oeste) y la isla de Jeju. Cientos de transbordadores se desplazan a diario entre las costas surcoreanas y las islas. Los accidentes son muy escasos, pero 300 personas perecieron en octubre de 1993 cuando un ferry zozobró a la altura de la costa occidental.