Al menos 60 presos murieron este jueves y ocho policías resultaron heridos en un ataque contra el autobús en el que eran trasladados los reclusos en el norte de Bagdad.
Una fuente policial informó a Efe de que el ataque fue perpetrado con varios artefactos explosivos, que estallaron al paso del vehículo en la zona de Al Tayi.
Por el momento se desconocen la autoría y los motivos de esta masacre, similar a la ocurrida hace un mes en la provincia de Babel, unos 110 kilómetros al sur de Bagdad.
En Babel, al menos 71 presos y dos policías murieron al asaltar hombres armados el convoy en el que eran trasladados a la cárcel de Al Qasem.
Los reclusos procedían del presidio de Qauat al Akrab en Babel, destinado a aquellos detenidos conforme a la ley antiterrorista.
Dicha ley, aprobada en 2005, es muy criticada por los suníes, que consideran que es aplicada contra ellos, en especial el artículo cuarto, que estipula penas de muerte y de cadena perpetua para aquellos implicados en delitos terroristas.
Las autoridades iraquíes y los insurgentes suníes se han acusado mutuamente desde el inicio del conflicto a principios de junio pasado de asesinar a presos.
La insurgencia suní, encabezada por el radical Estado Islámico (EI), se ha hecho con el control de amplias zonas del oeste, norte y centro de Irak, y ha amenazado con conquistar Bagdad.
El EI declaró además a finales de junio un «califato islámico» en los territorios bajo su control en Siria e Irak.
La Policía, en la diana
Al menos 24 personas murieron y 60 resultaron heridas en un atentado suicida perpetrado anoche contra la policía en Bagdad, informó una fuente del Ministerio del Interior.
Un suicida hizo explotar un coche cargado con explosivos contra un puesto de control situado en uno de los accesos del barrio de Al Kazimiya, en el norte de la capital iraquí.
Numerosos policías se cuentan entre las víctimas mortales, mientras que entre los heridos hay varios casos graves, según la fuente.
Al Kazimiya alberga uno de los principales santuarios chiíes de Irak, el mausoleo del imán Musa al Kazem.
En otro ataque, tres personas fallecieron y quince sufrieron heridas al explotar proyectiles de mortero en la zona de Saaba al Bur, en el norte de Bagdad, lo que provocó además destrozos en varias viviendas.
La capital iraquí fue escenario hace cuatro días de una cadena de explosiones de coches bomba, en zonas de mayoría chií, que causó una veintena de muertos.
Los cristianos huyen de ISIS en Mosul
Desde el pasado 10 de junio, cuando tomaron la segunda ciudad iraquí, Mosul, los insurgentes han pasado a controlar distintas partes del país y el EI ha declarado un «califato islámico» en los territorios bajo su poder en Siria e Irak.
Qaraqosh es uno de los últimos refugios que quedan para los cristianos del norte de Irak.
Esta histórica ciudad de 50.000 personas de población, mayoritariamente cristiana, está a escasos 30 kilómetros de Mosul, ciudad de la que han marchado todos los cristianos para escapar de la violencia de los yihadistas de Estado Islámico.
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Qaraqosh sirve ahora de refugio para miles de cristianos, que sobreviven, acogidos por la Iglesia, en escuelas, salas de catequesis y casas abandonadas.
Por primera vez en 1600 años, no se celebra la misa en Mosul
Viven sin comida, sin luz, ni agua y no saben si podrán volver a Mosul, donde no les queda nada. Los yihadistas les han robado sus hogares y todas sus pertenencias personales.
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Desde que Estado Islámico invadió la ciudad de Mosul en junio de este año, los cristianos viven una situación trágica. Con el aumento de la población tras la llegada de los refugiados, el agua local resulta insuficiente, por lo que la ciudad debe traer más en camiones desde las regiones kurdas del norte. Los residentes de Qaraqosh tienen que pagar 10 dólares, cantidad considerable en la zona, para rellenar los tanques de agua de la ciudad.
En las afueras de las 12 iglesias de la ciudad, la población hace cola desde las seis de la mañana hasta medianoche para conseguir sus raciones diarias de agua.
Debido a que los yihadistas tomaron por la fuerza las refinerías clave del país, el precio de la gasolina también ha aumentado de forma radical. Todo el país, octavo productor mundial, vive ahora una crisis energética debido al del petróleo.
Los Peshmerga, protectores de la ciudad
La ciudad está bajo protección de los bien armados Peshmerga, soldados kurdos cuya región autónoma está en disputa con el Gobierno de Bagdad y Estado Islámico.
Los Peshmerga existen desde que se inició el movimiento por la independencia del Kurdistán, a comienzos de los años 20. Durante la invasión de EEUU en Irak, fueron en gran parte responsables de la captura de Sadam Husein, al interceptar a uno de sus mensajeros. Al empezar la violenta crisis de este año, estos soldados kurdos defendieron Qaraqosh e impidieron que los yihadistas tomaran control de la ciudad.
Quaraqosh vive, sobre todo, gracias a la agricultura. La gran mayoría de sus habitantes son de la étnia asiria y pertenecen a la Iglesia católica siria. No obstante, la mayoría de los refugiados en la ciudad son fieles a la Iglesia católica caldea.
El Kurdistán sirve de refugio para los cristianos
Tras la caída del imperio otomano surgieron los primeros movimientos nacionalistas asirios, en su intento de solicitar a Bagdad la creación de una región en Nínive similar al Kurdistán. En los últimos años, Erbil ha tomado la avanzadilla, protegiendo el perímetro de sus aldeas y suministrando bienes que no llegan desde Bagdad.
El Kurdistán iraquí es la única región donde los cristianos son tolerados, de momento, y pueden plantear algunos derechos. Gracias al sistema de cuotas para la protección de las minorías étnicas y religiosas, se reservan al menos seis escaños a los cristianos (cinco para los caldeos, asirios y sirios y otro para los armenios) en el parlamento kurdo. Para algunas organizaciones, se trata de una estrategia para ganar votos de cara a un “sí” en el futuro referéndum para la anexión de las áreas disputadas.
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«Posiblemente el futuro de los cristianos es el Kurdistán», ha asegurado el líder de la Iglesia católica caldea, el patriarca Louis Raphael I Sako, quién dice no creer en el futuro de Irak como Estado, sino meramente como unidad simbólica. «Si Irak se rompe, la casa natural de los cristianos es con los kurdos, más que con los árabes suníes o chíes», ha añadido.
La ciudad de Erbil, capital del territorio kurdo iraquí, sirve de refugio para miles de cristianos. Allí también los servicios son limitados, a lo que hay que sumarle la dificultad de las altas temperaturas, que superan los 40 grados en esta época del año.
Se especula que ahora un 70% de las medicinas en Erbil son utilizadas por los refugiados, según un comunicado del Ministerio de Salud del Kurdistán.