La secta islamista Boko Haram, que significa en lengua hausa “la educación no islamista es pecado”, busca imponer un estado islámico en el norte de Nigeria.
Para ello se centra en el ataque a los cristianos y a locales donde se sirve alcohol, cuyo consumo está prohibido por la ley islámica.
En Nigeria, el país más poblado de África, con casi 135 millones de habitantes, conviven musulmanes y cristianos casi a partes iguales. La población musulmana se concentra en el norte del país, donde hace apenas seis años surgió la secta islamista.
Unos 200 hombres procedentes de la clase media y alta musulmana se establecieron en un campamento en la región de Yobe, al noreste del país, cerca de la frontera con Níger.
Desde allí comenzaron a lanzar los primeros ataques en 2004. Establecieron su bastión en la ciudad de Maiduguri, capital de la región de Borno, donde el líder Mohamed Yusuf dirigió las acciones de la secta hasta 2009. En julio de ese año la organización fue reprimida por el ejército en unos enfrentamientos donde murieron unas 800 personas. El cuartel general del grupo y su jefe Yusuf fueron liquidados.
En la actualidad no se sabe dónde está la base del grupo, pero sigue actuando. En 2010, la secta atacó un cuartel general de la policía en la capital nigeriana, Abuja, en el que murieron dos personas. Un mes más tarde, un atentado suicida en la sede de la ONU de Nigeria dejó 24 muertos. En Nochebuena de ese mismo año varios ataques a iglesias provocaron la muerte de 32 personas.
Sus últimos atentados reivindican el avance de la secta, que continua con su ofensiva a pesar de la fuerte represión del ejército nigeriano.
El día más sangriento de la historia de la secta, se produjo el pasado 21 de enero, cuando militantes de Boko Haram disfrazados de policía mataron a 178 personas e hirieron a 50 en una cadena de atentados en la ciudad de Kano.
Un mes más tarde hombres armados del grupo terrorista acababan con la vida de otras 30 personas en un mercado de Maiduguri , al norte del país.
En otro de sus atentados la secta mató a 36 cristianos a la salida de la misa de Navidad del pasado 25 de diciembre.
Los combatientes de Boko Haram, que han reivindicado sus lazos con el grupo terrorista islámico somalí Al Shabab, quieren imponer un estado regido por la sharia (ley islámica) y se han declarado afines a los talibanes afganos de Al Qaeda.
Con este prácticamente nuevo grupo radical se extiende aún más el terrorismo islámico, cada vez más presente en el continente africano.