La policía ha puesto patas arriba la casa de los horrores de Cleveland. Han conseguido hasta 200 pruebas que podrían inculpar a Ariel Castro en el secuestro, maltrato y vejaciones de Michelle, Amanda y Gina. Entre ellas, una carta en la que supuestamente el carcelero recnocería el maltrato al que estaba sometiendo a las pequeñas secuestradas hace diez años.
Según ha informado la CBS citando fuentes de la investigación del caso, en la carta, escrita a mano y fechada en 2004, Castro hace un repaso de su vida y asegura que sus padres abusaron de él cuando era pequeño y que un tío le violaba. Además, anuncia su intención de suicidarse y pide que tras su muerte, su dinero sea repartido entre las víctimas de su secuestro.
Por su parte, en la carta Castro reconoce que es «un depredador sexual que necesita ayuda» y añade que no entiende por qué secuestró a una tercera niña (que era Gina DeJesus) cuando «ya tengo dos en mi poder».
En otro pasaje de la carta incluso Castro llega a culpar a sus víctimas: «Ellas están aquí en contra de su voluntad porque han cometido el error de subirse al coche de un desconocido«.
Asimismo, en la carta el secuestrador da detalles de cómo capturó a cada una de las chicas, aunque no ofrece mucho más. Cabe recordar que por aquellas fechas ya tenía a las tres chicas ocultas en su casa, encadenadas y encerradas en el sótano.
Además, durante todo ese tiempo no les dio la luz del sol durante todo ese tiempo excepto dos días en los que cuentan que las vieron disfrazadas y con pelucas pasar del garaje de la vivienda al patio.
Ariel Castro, que ya se enfrenta a los presos de la cárcel que parece que no aprueban su conducta y han empezado por recibirle con insultos, se enfrentará cuatro cargos por secuestro y tres por violación, según indicó el fiscal asistente de Cleveland, Victor Pérez. Por su parte, la jueza le ha impuesto una fianza de 8 millones de dólares.
En una rueda de prensa, Pérez explicó que dos de los hermanos de Ariel, Pedro y Onil, quienes también se encontraban detenidos, han sido puestos en libertad sin cargos. «No tenemos ninguna evidencia que nos lleve a creer que ellos estaban involucrados o tenían conocimiento de estos», aseguró el jefe adjunto de policía de Cleveland, Ed Tomba, que acompañaba a Pérez.
Además, explicó que las jóvenes habían sido retenidas en habitaciones «separadas», aunque debido al prolongado tiempo de reclusión estuvieron en contacto en varias ocasiones.
Previamente, las autoridades revelaron que se habían encontrado cadenas y cuerdas e indicaron que «hay confirmación» de que las mujeres estuvieron atadas para evitar que escaparan.
Amanda Berry, de 27 años y quien tuvo una hija durante el cautiverio; Gina DeJesus, de 23 años; y Michelle Knight, de 32 años, pasaron entre 11 y 9 años secuestradas en casa de Ariel Castro.
Berry y DeJesus regresaron ya a casa con sus familias y se encuentran bien, mientras que Knight volvió al hospital para ser tratada aparentemente por los problemas mentales que ya padecía antes de su secuestro y que se habrían agravado por las duras condiciones en las que vivía.
La pesadilla concluyó el pasado cuando Berry consiguió pedir auxilio en un descuido de sus captores y uno de los vecinos Charles Ramsey, que comía en un restaurante cercano, al escuchar sus gritos la ayudó a romper la puerta de la casa desde la que la joven pedía ayuda.