Miles de manifestantes tomaron las calles de Sao Paulo y Rio de Janeiro, donde se produjeron quema de contenedores y destrozos en algunos autobuses, como protestas contra la subida del precio del transporte público.
En Sao Paulo más de 5.000 personas marcharon por el centro de la ciudad, en la cuarta manifestación contra la subida de el 7% del billete de autobús, metro y tren (de 1,5 a 1,6 dólares). Las protestas se saldaron con más de 160 personas detenidas, según el último balance policial.
La policía militar dispersó a los manifestantes cuando llegaban a la avenida Paulista, con pelotas de goma y botes de humo y de gas lacrimógeno. El diario Folha de Sao Paulo informó que siete de sus periodistas fueron heridos, por el impacto de las pelotas de goma en el rostro.
El alcalde de Sao Paulo, Fernando Haddad, aseguró que la tarifa se mantendrá porque el aumento es «bastante inferior al de la inflación». Por su parte, el gobenrnador de Sao Paulo, Geraldo Alckmin, aseguro en su Twitter que las protestas son «depredación, violencia y obstrucción de vías públicas no son aceptables. El gobierno de Sao Paulo no va a tolerar el vandalismo».
En Rio de Janeiro, una de las sedes de la Copa Confederaciones y el mayor reclamo turístico de el país, las protestas reunieron a cerca de 2.000 personas, en su mayoría jóvenes estudiantes.
Los manifestantes bloquearon la céntrica avenida Rio Branco e incendiaron varios contenedores de basura. La policía disparó botes de humo para dispersar a la multitud. Un joven manifestante recibió una pedrada en la cabeza, y un policía también fue herido, según la televisión Globo News.
La protesta, que provocó el cierre de varias estaciones de metro en el centro de Rio, fue convocada para exigir la reducción del precio del billete de metro, que subió de 2,75 a 2,95 reales (1,29 a 1,38 dólares).
Las ONG Amnistía Internacional (AI) y Reporteros Sin Fronteras (RSF) mostraron su inquietud por la violencia y la represión policial y la encarcelación de periodistas. «Vemos con preocupación el aumento de la violencia en la represión a las protestas contra el aumento de los precios en Rio de Janeiro y en Sao Paulo», indicó AI en un comunicado.
«También es preocupante el discurso de las autoridades señalando una radicalización de la represión y la prisión de periodistas y manifestantes«, añadió la ONG, que llamó al diálogo.
La ONG Reporteros Sin Fronteras (RSF) condenó por su lado la actuación de la policía de Sao Paulo hacia los periodistas que cubren las protestas. Tres periodistas fueron arrestados el martes en Sao Paulo, y uno de ellos aún continúa detenido acusado de «asociación para delinquir» y «daño a la propiedad», afirmó RSF, que pidió la inmediata liberación del reportero.