Las organizaciones han denunciado que algunos periodistas que cubrían los comicios fueron golpeados por las fuerzas de seguridad y algunos de los reporteros acabaron detenidos en las protestas contra el resultado de los comicios.
El presidente de la FIP, Jim Boumelha, ha indicado en un comunicado que «existen pruebas de las numerosos incidentes en todo el país en los que la Policía atacó deliberadamente a periodistas que tenían acreditación para cubrir las elecciones y que algunos de ellos fueron arrestados».
«Condenamos estos comportamientos de matones y apoyamos la petición de nuestros colegas en Rusia de que se investiguen estos actos», ha añadido.
El Sindicato Ruso de Periodistas (SRP) ha explicado en una nota que la Policía arrestó a periodistas que cubrían las protestas celebradas el lunes para denunciar las irregularidades durante las presidenciales.
La asociación ha acusado a la Policía de atacar a varios periodistas, incluidos el reportero de Moscow News Pavel Nikulin; el de la agencia RIA Novosti Andrei Stenin; Alexandre Borzenko del »Eco de Moscú»; el periodista de la televisión Dozhd Vladimir Romanski, e Ilia Barabanov de »The New Times».
Según el SRP, la Policía arrestó a los periodistas a pesar de que enseñaron sus documentos de acreditación. La organización ha pedido a la Fiscalía General de Rusia que investigue estos ataques a los medios.
La FEP ha pedido también que se investiguen los abusos contra los periodistas. «Estamos preocupados porque la represión contra los periodistas vista durante los últimos días es una señal de que vendrán cosas peores», ha explicado el presidente de la FEP, Arne König.
«Las autoridades dieron todas las indicaciones de que pretenden acabar con la información independiente sobre las protestas políticas contra los dirigentes rusos», ha añadido.
La FIP ha denunciado además que Igor Taro, periodista de la televisión pública de Estonia, fue arrestado el pasado 1 de marzo cuando tomaba imágenes en una región fronteriza con su país por grabar sin autorización. La Policía rusa le interrogó durante varias horas a pesar de que enseñó los permisos para filmar.
Taro fue puesto en libertad al día siguiente y se le devolvió todo su material, pero fue obligado a abandonar el país antes de las elecciones. La Unión de Periodistas de Estonia, junto con la FIP y la FEP, ha descrito el acto como un «duro ataque a las libertades periodísticas».