La directora ejecutiva del Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), Henrietta Fore, ha urgido este martes a proteger a los miles de hijos de los combatientes extranjeros que «languidecen en campamentos, centros de detención y orfanatos» de Siria e Irak, subrayando que se cuentan entre «los niños más vulnerables del mundo»
«Los miles de hijos de los combatientes extranjeros que languidecen en los campamentos, centros de detención u orfanatos de Siria, Irak y otros lugares, se encuentran entre los niños más vulnerables del mundo», ha dicho Fore en un comunicado.
La jefa de UNICEF ha denunciado que «viven en condiciones espantosas en medio de amenazas constantes a su salud, su seguridad y su bienestar» y «apenas pueden contar con el apoyo de la familia» porque, «aunque la mayoría están bloqueados con sus madres u otros cuidadores, muchos se encuentran completamente solos».
Estos niños, lamenta la ONU, «son víctimas de un doble rechazo» porque han sido «estigmatizados por sus comunidades y rechazados por sus gobiernos», por lo que tienen que hacer frente a «enormes dificultades jurídicas, logísticas y políticas para acceder a los servicios básicos o regresar a sus países de origen».
UNICEF calcula que solo en Siria hay cerca de 29.000 niños extranjeros, la mayoría menores de 12 años. Unos 20.000 niños proceden de Irak, mientras que más de 9.000 vienen de otros 60 países. Además, se cree que en Irak hay unos mil hijos de combatientes extranjeros.
La mayoría de estos niños nacieron en las zonas de conflicto controladas por Estado Islámico o viajaron allí con sus padres. El resto –casi todos varones– fueron coaccionados o manipulados para que apoyaran a grupos armados, o tuvieron que hacerlo para sobrevivir.
Para UNICEF, «todos son víctimas de circunstancias profundamente trágicas y de violaciones atroces de sus derechos» porque o nacieron en las zonas de conflicto controladas por Estado Islámico, o viajaron allí con sus padres o fueron coaccionados y manipulados para apoyar a grupos armados.
VÍCTIMAS, NO VERDUGOS
«Deben recibir un trato acorde con su condición de niños», ha defendido la agencia de Naciones Unidas, instando a los estados miembro a que, si bien tienen el «derecho soberano» a «proteger sus intereses en materia de seguridad nacional», «cumplan con su responsabilidad de proteger a todos los menores de 18 años».
UNICEF ha querido precisar que esta obligación internacional «incluye a los niños que se encuentran vinculados a grupos armados en su territorio o en el extranjero» y «a los niños que son ciudadanos de estos estados miembros o que son hijos de sus ciudadanos».
En concreto, ha pedido a los gobiernos que impidan que estos niños se conviertan en apátridas, que les den documentación civil, que apoyen su retorno y reintegración «en condiciones seguras, dignas y voluntarias» y, en el caso de los niños arrestados, que la detención sea «una medida de último recurso y por el menor tiempo posible».
En cuando a los niños que han superado la edad de responsabilidad penal y están acusados de actos delictivos, les ha instado a «asegurarse de que se aplican las normas internacionalmente reconocidas para que tengan un juicio justo y sean sometidos a la justicia de menores».
UNICEF colabora «estrechamente» con un amplio conjunto de aliados, pero hasta ahora solo unos cuantos niños han sido repatriados. Con el apoyo de la organización internacional y sus agencias, más de 270 menores han regresado a sus países de origen.
«Debido a que miles de niños extranjeros siguen atrapados en condiciones terribles en Siria, Irak y otros países, UNICEF considera que la comunidad internacional debería emprender un esfuerzo mucho mayor para protegerlos», ha reclamado.
«Estos niños», ha subrayado, «deben ser tratados principalmente como víctimas, no como perpetradores», de modo que «toda decisión relacionada con ellos, incluida la relativa a la repatriación, debe tener en cuenta el interés superior de cada niño y cumplir plenamente con las normas jurídicas internacionales».