Así, los Veintiocho han dado su visto bueno a ambos acuerdos en un encuentro de ministros de Exteriores en Luxemburgo, con el objetivo de que puedan ser firmados por la UE y Singapur el próximo 19 de octubre en un acto en paralelo a la cumbre del diálogo Asia-Europa (ASEM, por sus siglas en inglés) que reunirá en Bruselas a líderes políticos de toda Asia.
Actualmente, la mayoría de productos procedentes del bloque comunitario entran en Singapur –principal socio comercial de la UE en el Sureste Asiático– libres de derechos de aduana, pero tras la firma del acuerdo comercial se eliminarán el resto de los aranceles en un plazo de tres a cinco años, dependiendo del tipo de producto, así como las barreras no arancelarias mediante el reconocimiento de las normas de seguridad europeas.
No obstante, seguirán aplicándose algunos aranceles al pescado y los productos agrícolas transformados que entren en la UE, mientras que se incluirán disposiciones en materia de protección de la propiedad intelectual e industrial, así como otras relacionadas con la contratación pública, la competencia y el desarrollo sostenible.
Asimismo, el Acuerdo de Protección de las Inversiones deberá servir para «ofrecer mayor certidumbre a los inversores» y «mejorar el clima» empresarial, a la vez que pretende asegurar la «protección de la salud pública, la seguridad y el medio ambiente» en ambos territorios, según el comunicado del Consejo.
EL ACUERDO DE INVERSIONES DEBERÁ RATIFICARSE A NIVEL NACIONAL
En todo caso, para que el acuerdo de libre comercio entre en vigor será necesaria la aprobación del Parlamento Europeo, mientras que el pacto por la protección de inversiones deberá ratificarse a nivel nacional en todos los estados miembro, lo que retrasará el proceso.
El objetivo de la Comisión, que comenzó las negociaciones con Singapur en 2010, es que ambos acuerdos puedan entrar en vigor antes de que finalice su mandato, en noviembre de 2019.
Singapur es el primer destino de las inversiones europeas en Asia, y la inversión entre ambas partes ha crecido rápidamente en los últimos años. En 2016, el volumen de inversiones bilaterales alcanzó los 256.000 millones de euros.