El acuerdo entre Bruselas y Tokio se enmarca dentro de la visita a la capital japonesa del jefe del Ejecutivo comunitario, Jean-Claude Juncker, y el presidente del Consejo europeo, Donald Tusk, que este martes se reúnen con el primer ministro nipón, Shinzo Abe.
La Comisión Europea ha destacado que el acuerdo «creará el área más grande del mundo para la transferencia segura de datos» sobre la base de un «alto nivel de protección» en el caso de los datos personales. «Los europeos se beneficiarán de una fuerte protección de sus datos personales en línea con los estándares comunitarios de privacidad cuando sus datos sean transferidos a Japón», ha remarcado.
Este acuerdo es complementario al tratado de libre comercio entre Bruselas y Tokio y permitirá que las empresas europeas se beneficien del flujo «desinhibido» de datos con sus socios comerciales «clave», así como del acceso a 127 millones de consumidores japoneses.
Según ha destacado Bruselas, tras la aprobación de la nueva normativa europea de protección de datos, los acuerdos de equivalencia con otros países son «el modo más directo de garantizar flujos seguros y estables de datos».
Este reconocimiento mutuo cubrirá tanto datos personales transferidos por objetivos comerciales como datos personales intercambiados entre autoridades europeas y japonesas en materia judicial.
«Japón y la UE ya son socios estratégicos. Los datos son el combustible de la economía global y este acuerdo permitirá que los datos viajen seguros entre nosotros para el beneficio tanto de nuestros ciudadanos como de nuestras economías», ha celebrado la comisaria de Justicia, Consumidores e Igualdad de Género, Vera Jourová.
La UE y Japón deben completar ahora sus procedimientos internos para adoptar formalmente el acuerdo, lo que a nivel comunitario implica el visto bueno del Comité Europeo de Protección de Datos (EDPB, por sus siglas en inglés) y del grupo de expertos de los Estados miembros.
Japón, por su parte, se ha comprometido con la UE ha aprobar una serie de normas para dotar de salvaguardias adicionales a los datos personales que son trasferidos al país asiático. Estas nuevas reglas fortalecerán, por ejemplo, la protección de datos sensibles o las condiciones con las que Japón intercambiará datos europeos con terceros países.
Además, Tokio pondrá en marcha un mecanismo para investigar y resolver las quejas presentadas por ciudadanos y empresas europeas con respecto al acceso a sus datos por parte de las autoridades públicas japonesas.