Este nuevo Gobierno emergía como una insólita combinación del partido proeuropeo ACUM y el Partido de los Socialistas de la República de Moldavia (PSRM), respaldados por Rusia, ambos unidos por un propósito común: la expulsión del Partido Democrático de Moldavia, liderado por Vladimir Plahotniuc –un multimillonario al que Sandu acusa de corrupción– de la escena política.
En respuesta, el Partido Democrático, al que también pertenece Filip, había asegurado que pondría en duda la legitimidad de este nuevo Ejecutivo y acusó a Dodon de usurpar el poder.
El Constitucional había avuisado previamente que cualquier decisión de acuerdo de Gobierno quedaría invalidada porque los partidos no habían conseguido cerrar el pacto a tiempo, y en su lugar han acabado haciéndolo bajo una legislatura invalidada al no haber quedado disuelto el Parlamento.