Con 9,5 millones de habitantes, Suecia ocupa la tercera posición dentro de los países ‘ideales’ donde a todos nos gustaría vivir, según el «Índice para una Vida Mejor», que publica todos los años la OCDE.
El ingreso neto per cápita en este país escandinavo es de 19.711 euros al año, mientras que la media cobra 2.500 euros menos. “Es cierto que el nivel de vida también es más alto, pero las cosas de primera necesidad, como la vivienda, cuestan muy barato, así que te queda bastante dinero al mes”, afirma la española Ingrid Sisteré, que lleva viviendo en Suecia cuatro años.
Cuenta que un piso unifamiliar de 30 metros cuadrados en una zona céntrica cuesta entre 400 y 500 euros porque el alquiler de pisos está regulado por ley. Se fue a hacer un máster a Lund, al sur del país, y actualmente está buscando trabajo. Tiene claro que se quiere quedar allí. “Me gusta la cultura y el estilo de vida, y tengo claro que tengo más posibilidades de futuro en Suecia que en España”, cuenta.
Tiene razón. Según los datos de la OCDE, en Suecia, el empleo también está por encima del promedio del resto de países: alrededor del 74% de las personas entre 15 y 64 años tienen un empleo remunerado.
La nota más alta se la dan al medio ambiente: un 9,8 sobre 10. Y tienen razón: el nivel de partículas atmosféricas es de 10,2 microgramos por metro cúbico, mientras que la media de la OCDE está en 20,1 microgramos por metro cúbico. Y el Gobierno se lo toma al pie de la letra. En todas las ciudades hay grandes espacios de zonas verdes y se intenta tener la mínima circulación de coches posible. En Gotemburgo, al este del país, es un ejemplo. Allí, el Gobierno está construyendo un peaje a la entrada para reducir todavía más el tráfico de coches.
Según el informe, los suecos tienen un gran sentido de comunidad. “Ese mito de que los escandinavos son fríos es mentira. La gente siempre está dispuesta a ayudarte y te sacan tema de conversación en cualquier lugar”, cuenta Ingrid.
El 91% de las personas creen conocer a alguien en quien pueden confiar cuando lo necesitan. El informe destaca también que los suecos tienen un sentido del deber muy fuerte. Ingrid lo corrobora: “Allí a nadie se le ocurre defraudar a Hacienda, está muy mal visto. La gente paga sus impuestos porque sabe que es lo que tiene que hacer. En España, mientras, siempre estamos mirando qué chanchullos hacer para pagar menos”.
El sentido del deber también lo tienen los jefes de Gobierno, y esto se plasma en el electorado: la participación electoral en Suecia en las pasadas elecciones fue del 85%, cifra mayor que el promedio de la OCDE, que está en un 72%.
En general, los suecos están más satisfechos con su vida que el promedio de la OCDE. El 83% de las personas dicen tener más experiencias positivas en un día normal (sentimientos de paz, satisfacción por sus logros, gozo, etc.) que negativas (dolor, preocupación, tristeza, aburrimiento, etc.). Esta cifra es mayor que el promedio de la OCDE de 76%.