Los activistas opositores sirios ya a alertaron en febrero del riesgo de ataque químico. Creían al gobierno de Al Assad capaz de utilizar cualquier medio para eliminar de raíz cualquier vestigio de oposición.
Una de las ciudades más amenazadas era la de Homs, que, según contaron fuentes de la oposición siria, fue ya objeto de ataques con armamento químico.
El capitán desertor del ejército sirio Abdelsalam Ahmad Abdelrazzak, especializado en gestión de guerra química, desveló que las fuerzas del régimen sirio de Al Assad estaban utilizando gases venenosos prohibidos por la comunidad internacional bajo la supervisión de expertos iraníes y rusos en su ofensiva contra la oposición.
“Los expertos rusos e iraníes deciden cuándo y dónde deben utilizarse las armas química”, según señaló Abdelrazzak, quien aseguró además que el gobierno había utilizado “un gas que causa parálisis para facilitar la invasión de Homs”, la ciudad siria más afectada por los ataques del ejército de Al Assad.
En los últimos años, con el apoyo de Irán, el régimen sirio se ha provisto de armamento químico como gas mostaza o los agentes nerviosos sarín o VX, según un informe del Centro estadounidense de Estudios Estratégicos e Internacionales.
El agente nervioso es uno de los tipos de armas químicas más tóxicas y que más rápido se extienden. El VX es el más potente de ellos y cualquier contacto físico con su forma líquida provoca la muerte, a no ser que sea limpiado de forma inmediata. El sarín puede provocar convulsiones, parálisis o fallo respiratorio, que pueden llevar a la muerte.
Ambos son incoloros e inodoros, por lo que las personas pueden sufrir la intoxicación sin saber lo que está ocurriendo. Se cree que estas dos armas químicas fueron utilizadas durante la guerra de Irán e Irak en la década de los 80. Además, el sarín fue empleado en dos ataques terroristas en Japón en 1994 y 1995.
El centro de investigación estadounidense advirtió en 2008 que Siria poseía cabezas con las que llevar a cabo una guerra química y que, con la ayuda de su socio iraní, había desarrollado un programa de armas químicas que le permitiría llevar a cabo una masacre en el momento que estimase oportuno.
El informe apunta además que Siria importó de Irán grandes cantidades de ácido clorhídrico y glicol de etileno, dos compuestos utilizados para la creación de gas mostaza, que puede provocar ceguera o quemaduras graves y pueden llevar a la muerte.