La delegación del Gobierno de Irán y la del llamado grupo 5+1, que forman China, Estados Unidos, Francia, Reino Unido, Rusia y Alemania, retomaron este miércoles las negociaciones en Viena, a la búsqueda de un acuerdo definitivo sobre el polémico programa nuclear iraní.
«En algunas cuestiones, hemos reducido las diferencias», anunció Abas Araghshi, viceministro de Relaciones Exteriores y responsable de las cuestiones técnicas en la delegación iraní.
Un alto responsable estadounidense calificó como «profesional y útil» el encuentro bilateral entre Estados Unidos e Irán que cerró la jornada de discusiones del martes.
Se trata de la tercera ronda de negociaciones desde que Teherán aceptó en noviembre pasado congelar parte de sus actividades atómicas a cambio del levantamiento parcial de las sanciones internacionales, que desde hace años ahogan su economía. Las dos partes esperan avanzar lo suficiente para empezar a redactar un acuerdo final en su próximo encuentro, en mayo.
Un equipo jurídico
La delegación iraní presente esta semana en Viena se ha visto reforzada con un equipo de expertos en cuestiones jurídicas. La fecha límite inicialmente fijada para llegar a un acuerdo definitivo es el 20 de julio.
Un acuerdo final, impensable hace apenas un año, suprimiría todas las sanciones contra Irán a cambio de garantías sólidas del carácter pacífico de su programa nuclear.
Uno de los puntos más delicados de la negociación es el programa iraní de enriquecimiento de uranio. Concretamente, ambas partes deben ponerse de acuerdo sobre el número y el tipo de centrifugadoras (aparatos que sirven para enriquecer uranio) que Irán puede utilizar.
Las discusiones se centran también en el reactor de agua pesada de Arak. Dicho reactor, todavía en construcción, funciona a base de plutonio, un material que podría servir para fabricar una bomba nuclear.
Alejar el temor al Plutonio
Irán insiste en que seguirá construyendo el reactor, pero se ha mostrado dispuesto a emplear «nuevas tecnologías» para calmar las inquietudes de Occidente sobre su uso.
Los equipos en Viena siguen bajo presión, sobre todo después de que el secretario de Estado de EEUU John Kerry dijera el martes que si fracasan las negociaciones, Irán tendría en dos meses material suficiente para fabricar armamento nuclear, lo que desencadenaría una «respuesta inmediata» de Estados Unidos.
La luz encendida en la negociación parece verse enturbiada por la designación de Hamid Abutalebi como nuevo embajador de Irán ante la ONU. Abutalebi ha sido vetado por Washington, debido a su supuesta participación en la toma de rehenes en la embajada estadounidense en Teherán en 1979.
Estados Unidos, que en principio está obligado a otorgar visados a los diplomáticos que trabajan en la ONU, cuya sede está en Nueva York, comunicó el martes a Irán que el embajador que había elegido para representarlo ante la ONU «no es viable».