Obama estaba hace horas en un callejón sin salida. Deambulando por las televisiones de su país intentado convencer de un ataque que no quiso hace en dos años. Intentando que un Congreso dominado por los republicanos le apoye ahora, con todo lo que eso puede significar de cada al futuro. Todo ello mientras Assad negaba haber sido el hombre que gaseó a su pueblo y la comunidad internacional dejaba solo al líder de los EEUU.
Putin, con el que Obama no tiene buen feeling, puede haber sido clave para abrir una puerta por la que Obama puede salir de un apuro en el que se metió el día que habló de líneas rojas. Kerry dejó caer astutamente que enseñar y dar las armas químicas podía ser la salvación de Siria y Rusia no tardó en ofrecer esa opción al instante. Los hechos se revolucionaron porque a todos les interesa no tener que bombardear la zona.
Al saber la noticia y el sí de Siria a ser inspeccionado, el presidente estadounidense Barack Obama acordó con sus homólogos de Francia y Reino Unido examinar el martes en la ONU la propuesta de Rusia para colocar las armas químicas de Siria bajo control internacional. España, por su parte, ha descartado una intervención directa en Siria (con Irak ya tuvo suficiente).
EEUU da una opción a la paz a través de la ONU
El debate intentará evaluar la viabilidad del plan con miras a alcanzar una resolución en el Consejo de Seguridad, dijo el funcionario. Pero Kerry ha dejado clara la postura de EEUU al señalar que Siria tiene unas 1.000 toneladas de numerosos agentes químicos, incluyendo sarín y gas mostaza, almacenados en zonas controladas por el régimen de Bashar al Asad. O lo que es lo mismo, no nos vale cualquier cosa porque no podemos hacer el ridículo.
La UE está «trabajando estrechamente» con sus socios internacionales sobre la oferta y «está preparada para apoyar cualquier propuesta y su aplicación», ha avanzado Ashton, que ha saludado la intención inicial de Francia de introducir una resolución en el Consejo de Seguridad de la ONU. «Ahora esto necesita desarrollarse plenamente lo antes posible, incluidos los detalles de sus implicaciones en términos de almacenamiento seguro, verificación y destrucción», ha reclamado la jefa de la diplomacia europea en un comunicado.
Una resolución será presentada en la ONU por Reino Unido, Francia y EEUU
El primer ministro británico, David Cameron, ha anunciado posteriormente este martes que Reino Unido, Francia y Estados Unidos presentarán una resolución en el Consejo de Seguridad de la ONU sobre el armamento químico de Siria y ha defendido una fecha límite para poner bajo control internacional dicho arsenal.
«Esperamos que las autoridades sirias asuman plena responsabilidad para garantizar que sus armas químicas están almacenadas de forma segura, a falta de su destrucción verificada independiente y no se permita que caigan en las manos de cualquier otro actor estatal o no estatal», ha avisado en todo caso Ashton, que ha instado asimismo a Siria a adherirse a la Convención Internacional sobre Armas químicas y a ratificar la Convención sobre Armas Biológicas de forma «urgente».
Ashton ha confiado en que esta propuesta «facilitará la reanudación de los esfuerzos para una solución política al conflicto sirio» y ha instado a «todos los socios de la comunidad internacional a aprovechar este momento para revigorizar el proceso que lleve a la celebración rápida de una conferencia de paz sobre Siria» tal y como propusieron Rusia y Estados Unidos hace meses.
El ataque que se ha convertido en toda una pesadilla para Obama
La intervención militar quirúrgica e inminente que Obama había planteado como castigo al uso de armas químicas sobre la población en Siria se convirtió en una pesadilla para el presidente desde el inicio de su planteamiento. El primero de los reveses se lo dio el parlamento británico que rechazó la participación en una acción militar. Luego una misión de la ONU que se trasladó hasta Siria. Después, la opinión pública se le echó encima y posteriormente fue el Congreso el que también mostró su rechazo a una intervención militar. Las cosas pintaban mal para el presidente y premio Nobel de la paz, Barack Obama, que sin quererlo había traspasado su propia línea roja. Preso de sus palabras, la administración Obama, que intentaba borrar su huella de Oriente Medio, estaba obligado a reaccionar ante el ataque químico del 21 de agosto en las afueras de Damasco.
Tras 19 días barajando una solución, su “enemigo político”, Vladimir Putin con el que solo mantuvo un saludo afable de 15 segundos en la reunión del G-20, le ha puesto en bandeja la alternativa diplomática.
La crisis dio un giro inesperado durante la rueda de prensa que ofrecía ayer el Secretario de Estado, John Kerry. Al preguntare un periodista si algo podía hacer Siria para evitar el ataque. Kerry, mostrando cierta duda, espetó “entregar todas y cada una de sus armas químicas a la comunidad internacional la semana próxima.” Dicho y hecho. Rusia tiró de la manta.
Rusia solicitó a Siria que pusiera su arsenal de armas químicas bajo control internacional, anunció Lavrov a los periodistas, que fueron convocados con carácter urgente el lunes a las seis de la tarde en Moscú. El ministro ruso dijo haber formulado esta propuesta a su colega sirio y agregó: «No sabemos si Siria estará de acuerdo, pero si el establecimiento de control internacional sobre las armas químicas en ese país ayuda a evitar ataques, nosotros nos ponemos a trabajar con Damasco».
Así se forjó el nuevo plan de actuación del titubeante Obama. Cuando inició su tourné televisiva, la pregunta formulada, estaba ahora relacionada con las palabras de Kerry. Hasta seis veces Obama explicó que tendría en cuenta, la propuesta rusa de desmantelar el arsenal químico sirio. Hasta seis veces, maquilló señaló que la solución al problema fue gracias a la presión militar sobre el régimen de Bashar al Assad.
La maquinaria diplomática se puso a rodar tras el anuncio de Siria de considerar la propuesta. Luego el anuncio de Francia de presentar ante el Consejo de Seguridad de la ONU un proyecto de resolución para concretar el plan ruso también y finalmente la aceptación por parte de Siria.
En definitiva, la falta de concreción y de ideas de la administración Obama en torno a la solución de “la línea roja siria” da la sensación de que da igual como salga el presidente norteamericano del lío. No importa si es el Congreso, Putin o Al Assad, lo importante es salir de Siria antes de que el desgaste de esta crisis haga que se hunda todavía más el índice de aprobación del presidente Obama. De los 400 niños muertos por un ataque químico, de momento, ni palabra.