Representantes de los Gobiernos y organismos turísticos de Libia, Egipto, Jordania y Túnez han defendido este jueves su potencial como destino para visitantes extranjeros en la Feria Internacional de Turismo (FITUR) de Madrid y han coincidido en mostrarse «optimistas», pese a la inestabilidad que todos los países han admitido vivir en la actualidad.
Bajo el título de »Estrategias para reactivar el turismo en Oriente Medio y el norte de África», Casa Árabe y la Organización Mundial del Turismo (OMT) han convocado un coloquio en el que varios de los países que han vivido revoluciones sociales en los últimos dos años han hecho balance.
La ministra de Turismo de Libia, Ikram Bash Imam, ha optado por marcar distancias con el régimen de Muamar Gadafi. «Ya no somos un país cerrado», ha destacado, antes de echar la vista atrás y recordar que en los años sesenta, antes de la llegada de Gadafi al poder, Libia comenzaba a despertar como destino turístico.
La «nueva Libia» a la que ha hecho referencia la ministra aspira a sacar partido a todo su potencial, lo que pasa por comenzar este mismo año a explotar el turismo. Dentro de esta estrategia, las actuales autoridades también quieren presentar al país norteafricano como una «oportunidad de inversión».
En este sentido, Ikram Bash Imam ha declarado que Libia es un país por explotar, si bien ha admitido que todavía tiene algunas cosas que resolver en materia de seguridad. La ministra ha defendido que se han registrado avances e incluso ha pronosticado que, «en cuestión de meses», Libia volverá a ser «estable».
Por parte de Egipto, Amr el Ezabi, asesor del ministro de Turismo, ha calificado de «esencial» este sector, que sigue sufriendo las consecuencias de una revolución inconclusa. Egipto, de hecho, se acercaba en octubre del año pasado a las cifras de visitantes previas a la revolución, pero las revueltas contra la Constitución dieron al traste con las previsiones, según El Ezabi.
El asesor egipcio confía en que en 2013 sí puedan volverse a los números previos a la »primavera árabe» y completar la recuperación que comenzó a gestarse el año pasado. Según la OMT, el número de turistas subió en Egipto un 12 por ciento el año pasado.
El Ezabi ha querido mandar un mensaje de calma para aclarar que la llegada de los islamistas al poder no se traducirá en imposiciones para los extranjeros, especialmente para los mujeres. Así, ha negado «radical y categóricamente» un cambio forzado de costumbres.
Túnez, que el año pasado incrementó sus visitas en un 24 por ciento, ha hablado por boca del director general de la Oficina Nacional de Turismo, Habib Ammar. Para el país magrebí, el sector turístico es «estratégico», habida cuenta de que supone el 3 por ciento de su PIB y emplea a 400.000 personas.
«Cuando el turismo no funciona en Túnez, sufre toda la economía», ha advertido. El desplome de las llegadas de extranjeros supuso para la economía tunecina una caída del 32 por ciento en ingresos y la pérdida de 20.000 puestos de trabajo, ha expuesto Ammar, quien ha dado «prácticamente por recuperados» los niveles previos a las manifestaciones que derrocaron a Zine al Abidine Ben Alí.
El Gobierno tunecino planificó una estrategia de recuperación en dos años que se basa, entre otros aspectos, en una mejora de las relaciones públicas. Ammar ha admitido que la imagen del país quedó «muy dañada», sobre todo en lo referente a la seguridad.
Túnez ha modificado la estrategia de promoción, en busca de nuevos mercados como el ruso y el ucraniano, y ha establecido una política de apoyo a las empresas que facilitan la llegada de turistas. Así, por ejemplo, se ha creado un nuevo mecanismo de ayuda al transporte aéreo mediante el cual las autoridades compensan a las aerolíneas las plazas vacías.
Sobre nuevas estrategias también ha hablado el director general de la Junta de Turismo de Jordania, Andelrazzaq Arabiyat, que ha hecho especial hincapié en la necesidad de aprovechar el alcance de Internet y las redes sociales y de adaptarse a los turistas que «no sólo buscan hacer fotos, sino también hacer cosas».
RECUPERACIÓN RÁPIDA
El secretario general de la OMT, Taleb Rifai, ha explicado que el turismo «sobrevivirá a todo tipo de dificultades», también en el norte de África y Oriente Próximo. A su juicio, estos países han demostrado que se recuperarán «con facilitad» una vez superadas las actuales turbulencias y ha recordado que, para avanzar, «el turismo es una de las mejores herramientas».
Rifai se ha mostrado «optimista» y a la vez «realista», consciente de que es difícil hacer previsiones para una región que aún se enfrenta a un año de «grandes incertidumbres». Para Oriente Próximo, la OMT prevé un crecimiento de turistas este año de hasta el 5 por ciento.
En la misma línea, el director general para el Magreb, África, Mediterráneo y Oriente Próximo del Ministerio de Asuntos Exteriores y de Cooperación de España, Ignacio Ybáñez, ha querido resaltar que los países de la Primavera Árabe serán «mucho más abiertos» una vez que concluyan sus respectivas transiciones.
Ybáñez ha manifestado que España sigue con «máximo interés» lo que ocurre al otro lado del Mediterráneo y en Oriente Próximo y ha sugerido a los responsables de estos países presentes en el foro que se fijen como modelo en la Transición española, de la que pueden extraer algunas «lecciones aplicables» a sus situaciones. El director general de Exteriores ha apelado al «diálogo» y el «compromiso» entre partidos como fórmulas para seguir adelante.