Las encuestas de popularidad reflejan que Valls gana en cuanto a mejor consideración por parte de los ciudadanos si lo comparamos con François Hollande. Hollande ha perdido apoyos entre sus ciudadanos como consecuencia de sus escándalos en su vida personal no hay más que acordarse de la salida precipitada del Elíseo de la que fuera primera dama Valerie Trierweiller. Aunque la crisis económica le está pasando factura y tiene que hacer frente a desafíos como la tasa del 10,8% del paro o las profundas reformas que tiene que acometer en el terreno económico.
Así la popularidad del cabeza del Elíseo, de Hollande, se sitúa en el 25%, según las últimas encuestas publicadas del instituto IFOP. Este es uno de los peores datos de popularidad de un presidente de la República, si se comparan con sus predecesores, Chirac, que obtuvo el peor resultado en un 36% y Sarkozy, en un 39%.
Pero, ¿podría ser Valls el sucesor de Hollande a la cabeza del socialismo galo o incluso ser presidente de la República?
Juan Carlos Jiménez, analista político de la Universidad San Pablo CEU y experto de política gala, manifiesta que «tengo mis dudas». «Creo que no le va suceder en plena implosión del socialismo galo», explica y matiza que » no lo veo probable dentro de los cuadros del partido ni tampoco en unas primarias entre los militantes». En definitiva «Valls no va a capitanear la reforma del socialismo en Francia».
Lo cierto es que ya se le han rebelado dentro de las filas de su propio partido. Fue este pasado mes de agosto cuando los titulares de Economía y de Educación, Arnaud Montebourg y Benoît Hamon, se declararon en contra de las reformas acometidas con respecto a las políticas europeas de economía y educación.
Así Valls se vio obligado a presentar la dimisión en bloque del gobierno como consecuencia de las presiones de los llamados «frondistas» el ala más a la derecha del socialismo galo.
Difícil levantar un partido
El politólogo Esteban Martínez asegura que «veo difícil que Valls sea capaz de levantar el partido». «Valls se está alejando del discurso tradicional de la socialdemocracia francesa, lo que percibo es que al PSF se le van los votos hacia la derecha y a la extrema derecha, dudo que esté para ganar las elecciones».
Jiménez va más allá y cree que, precisamente el reformismo de Valls es el que se le va a llevar por delante en materia política.»Si alguna vez emprende sus reformas y tuviera éxito cambiaría la tendencia», explica Jiménez.
Y concluye: «Las bases de la izquierda francesa podrían ir por las corrientes herederas de Miterrand».