Hungría está construyendo una valla a lo largo de su frontera con Serbia, con la esperanza de frenar las llegadas de inmigrantes, después de que decenas de miles, en su mayoría de países como Siria y Afganistán, hayan entrado en el país en los últimos meses.
Las nuevas leyes convertirán en delito cruzar o dañar la valla y la entrada ilegal en el país será punible con hasta 3 años de cárcel. La nueva ley también hará posible presentar la solicitud de asilo en los pasos fronterizos y permitirá acelerar el procesamiento de la petición.