Cadenas pesadas en los tobillos, agresiones constantes, amenazas… Es la tortura diaria a la que se sometían 68 alumnos de una escuela coránica de Pakistán que han sido liberados por la Policía. Los agentes encontraron a los estudiantes encadenados en el subsuelo de un centro ilegal en Karachi, al sur del país. Algunos de esos alumnos son niños, de solo 12 años.
Según cuenta este miércoles el diario los »Angeles Times», los responsables del centro no les daban comida y les maltrataban. Además, los chicos tenían que llevar grilletes. Varios de los estudiantes han relatado a la agencia AFP que han sido víctimas de agresiones constantes en pequeñas habitaciones que se conocen como «celdas de tortura».
La Policía ha detenido a dos religiosos de este centro, pero el máximo responsable de la escuela se ha dado a la fuga.
Según la Policía, los alumnos vivían encadenados porque se les consideraba como personas drogadas. El objetivo de ese centro es convertir a los estudiantes en «mejores musulmanes».
Escuelas coránicas, una cuna de extremismo
Más de dos millones de paquistaníes estudian en más de 15.000 escuelas coránicas, que son vistas bajo sospecha por promover el extremismo islámico. De hecho, algunas entrenan a los alumnos para que se conviertan en unos talibán y luchen en Afganistán y en su país. Según datos oficiales, el cinco por ciento de los 23 millones de los niños en Pakistán van a este tipo de centros.
Muchas familias pobres de Pakistán solo pueden enviar a sus hijos a este tipo de escuelas. Por eso, los grupos radicales utilizan a los sectores radicales como caldo de cultivo. Aunque las autoridades del país han intentado regular estos centros, todavía hay muchos clandestinos dedicados a formar grupos armados.