Obama ha ganado el debate, pero no por goleada. Julio Cañero, subdirector del Instituto Franklin, destaca que hay un 30% de ciudadanos que piensa que el resulto de este segundo asalto ha sido un empate, lo que revela que Romney no solo ha aguantado la revancha del presidente, sino que ha sabido defender sus propuestas con seguridad.
El formato tipo »Tengo una pregunta para usted» ha sido un punto a favor del presidente, más cercano y que se muestra más cómodo con el trato con la gente. Cañero destaca que el candidato republicano es un veterano político con muchas tablas en los debates de cara a cara, por lo que para Obama no resulta fácil debatir con él.
En su opinión, a Obama le falta agresividad en su discurso y cree que se lo reservará para el próximo debate, el último. En ese choque dialéctico se espera que se aborde más la política internacional.
En cuanto a Romney, piensa que debería mostrar sus cartas en economía, acabar con la generalidad en su discurso, y concretar, por ejemplo, cómo piensa bajar los impuestos sin que tenga un coste en la prestación de servicios sociales. “Romney juega a entrar en el debate, pero luego no dice nada”.
El analista no ve errores notables en ninguno de los dos candidatos. “Ambos han sabido defender sus posturas, con la certeza de que lo que proponen es lo mejor (…) Buscan lo mismo, el bien de EEUU, pero con visiones distintas”.