El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, ha instado este domingo a Israel a un alto el fuego en la Franja de Gaza, donde murieron más de mil palestinos y donde continúan las hostilidades a pesar del anuncio de Hamas de una tregua el último día de ramadán.
En una conversación telefónica con el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, Obama «dejó claro el imperativo estratégico de instituir un inmediato e incondicional cese el fuego», según la Casa Blanca.
Si bien el presidente estadounidense reiteró que Israel tiene derecho a defenderse de los ataques de las milicias palestinas, también expresó su preocupación sobre el creciente número de víctimas mortales tanto entre la población palestina como en las filas del Ejército israelí, según recoge el diario hebreo ‘Haaretz’.
Obama solicitó además que el alto el fuego desemboque en un «cese permanente de las hostilidades» basado en el acuerdo de alto el fuego firmado en noviembre de 2012 en referencia al último conflicto a gran escala en la Franja de Gaza.
Los bombardeos rompen la tregua
Ambos bandos se responsabilizaron mutuamente de la continuación de las hostilidades, en detrimento de un eventual alto el fuego la víspera de la gran fiesta musulmana de Eid al Fitr, que marca el final del ramadán.
Para Netanyahu, los combatientes de Hamas «violan su propio cese del fuego», al continuar con el lanzamiento de cohetes contra Israel, que «hará todo lo necesario para defender a su pueblo», declaró a la CNN.
«Esperamos una respuesta oficial del enemigo», declaró por su parte el portavoz de Hamas en Gaza, Sami Abu Zuhri, quien dio a entender que sus combatientes continuarían el lanzamiento de cohetes hasta que Israel no detenga sus operaciones. Hamas rechazó el sábado una tregua de varias horas aceptada por el consejo de seguridad de Israel, al exigir la retirada de los soldados del enclave palestino, donde entraron el 17 de julio, nueve días después del inicio de los ataques aéreos.
Mientras, la comunidad interncional contonúan haciendo llamamientos en balde para el cese de las hostilidades. El secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki-moon, instó de nuevo el domingo por la noche «en los términos más fuertes» a prolongar 24 horas más la «tregua humanitaria» observada durante 12 horas el sábado.
Continúa la sangría de muertos
Los bombardeos israelíes mataron este domingo a 11 palestinos, entre ellos a una mujer cristiana, en la Franja de Gaza, según el último balance de los servicios de emergencia.
En total, la ofensiva israelí mató a 1.031 palestinos, un 75% civiles según la ONU, un balance revisado a la baja tras un examen en profundidad de los restos mortales encontrados entre los escombros.
Aunque se logre una tregua duradera, persisten los desacuerdos sobre las cuestiones de fondo.
Israel, que anunció haber matado a unos 320 combatientes de Hamas, quiere llevar hasta el final la misión de neutralización de sus «túneles ofensivos». Los túneles son utilizados para lanzar ataques contra Israel, así como para esconder su arsenal y sus centros de operaciones. El ejército señaló que destruyó unos 30 de estos pasos subterráneos y, para ello, explican que deben estar sobre el terreno.
Por su parte, Egipto anunció que destruyó 13 túneles que unían la península del Sinaí con la Franja de Gaza, que Hamas habría utilizado para introducir combustible, armas, víveres y dinero en el enclave palestino.
El movimiento islamista plantea como condición el levantamiento del bloqueo impuesto desde 2006 por Israel, que asfixia a la economía de este territorio de 362 km2 donde se hacinan 1,8 millones de personas, cuya vida cotidiana depende en buena medida de la ayuda humanitaria.
Los israelíes se oponen a un alto al fuego
El gobierno israelí debe tener en cuenta a la opinión pública de su país, donde un 85,6% de los israelíes se oponen a un alto el fuego, según un sondeo difundido por la radio militar, a pesar de que el conflicto dejó tres civiles fallecidos en territorio israelí y 43 soldados muertos.
El conflicto ha dejado también más de 170.000 desplazados en la Franja de Gaza, un 10% de la población, que encontró refugio en las instalaciones de Naciones Unidas.