«Como vuestro comandante en jefe y en nombre de una nación agradecida, estoy orgulloso de decir estas dos palabras y sé que vuestras familias estarán de acuerdo: »Bienvenidos a casa»», ha dicho Obama entre aplausos.
El presidente ha asegurado que, gracias al «sacrificio» de los militares norteamericanos, «los iraquíes tienen la oportunidad de forjar su propio destino». En el camino han perdido la vida 4.500 militares norteamericanos y otros 30.000 han resultado heridos.
Para Obama, lo que hace «especial» a los estadounidenses, es que al contrario que los antiguos imperios no actúan «por territorio o por recursos», sino «porque es lo correcto». «No puede haber mayor expresión del apoyo de Estados Unidos a la autodeterminación que dejar Irak a su gente. Eso dice algo sobre lo que somos», ha añadido.
Obama ha tenido palabras de agradecimiento para las familias de los militares que han trabajado en Irak «durante los últimos años. También ellos «tienen el reconocimiento de una nación agradecida».
El fin de la guerra de Irak supone el cumplimiento de un compromiso que Obama lanzó cuando llegó a la Casa Blanca en 2008. Estados Unidos mantiene actualmente en Irak apenas 5.500 efectivos, muy por debajo del pico de 170.000 con el que llegó a contar en la época de mayor presencia.