Irán tiene un plan para Yemen, un conflicto que preocupa y mucho al mundo, un avispero que no se sabe dónde puede desembocar. Dicho plan, ha explicado el ministro de Asuntos Exteriores iraní, Mohamed Javad Zarif, pasa por «un alto el fuego total», la entrega de «ayuda humanitaria«, un «diálogo inter-yemení» en el que Irán y Arabia Saudí solo pueden actuar como «facilitadores» y la formación de un «gobierno de base amplia».
Asimismo, ha advertido a todas las partes de que no pueden acudir a una mesa de negociaciones exigiendo que se acepten sus puntos de vista de antemano. El jefe de la diplomacia iraní ha realizado estas declaraciones en un desayuno informativo organizado en Madrid por el Foro Red de Casas, en el que también ha estado presente el ministro de Industria español, José Manuel Soria, y Javier Solana, ex alto representante para la Política Exterior y la Seguridad Común de la Unión Europea.
La mitad de los muertos son civiles
«Más de 600 personas han muerto en el conflicto, y más de la mitad son civiles. Esto es particularmente preocupante», ha dicho el secretario general adjunto de la ONU para los Derechos Humanos, Ivan Simonovic.
«Podemos decir con confianza que ninguna de las partes –los huthis y la coalición internacional encabezada por Arabia Saudí– ha mostrado la contención necesaria. Ha habido ataques no selectivos, lo que también nos preocupa», ha valorado, en declaraciones concedidas a la citada cadena.
Por ello, Simonovic ha recalcado la necesidad de que «no se permita que esta grave crisis se convierta en una crisis crónica», al tiempo que ha apuntado que «aún existe una oportunidad para detener los combates y las muertes en Yemen».
Arabia Saudí ha asumido el liderazgo de la »Operación Tormenta Definitiva», con la que, junto a una decena de países árabes, entre ellos Emiratos Árabes Unidos, Bahréin, Qatar, Kuwait, Egipto y Marruecos, intenta «repeler a las milicias huthis, Al Qaeda y el Estado Islámico» en Yemen.
Las monarquías del Golfo Pérsico temen que la influencia de Irán en la región se extienda con el ascenso de los huthis al poder, en medio de la inestabilidad generada por el conflicto iraquí y la guerra civil en Siria
La crisis política en Yemen, fruto de las disputas internas no resueltas con la caída del Gobierno de Alí Abdulá Salé, en 2011, se agravó el pasado mes de septiembre con la irrupción en Saná de los rebeldes chiíes.
Los huthis, que históricamente han reivindicado mayor autonomía para el norte de Yemen, llevaron a Hadi y su Gobierno a dimitir en bloque el pasado mes de enero, evidenciando así la pugna por el control de un país al borde de la guerra civil.