En una comparecencia ante el Consejo de Seguridad de la ONU, Lowcock ha lamentado la ofensiva del Gobierno sirio y sus aliados en la provincia y ha recalcado que «el número de civiles inocentes supera con mucho el de personas armadas».
Así, ha indicado que, a pesar de que 180.000 personas se han visto nuevamente desplazadas a campamentos durante las últimas tres semanas, «más de 80.000 personas se han encontrado sin un sitio donde ir y están en campos abiertos o a cobijo de los árboles».
Lowcock ha denunciado que al menos tres campamentos de desplazados internos han sido atacados durante este periodo, así como 17 escuelas, lo que ha provocado que 400.000 niños no hayan podido realizar los exámenes programados.
En este sentido, ha recordado que la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha confirmado por su parte 20 ataques contra 18 instalaciones médicas.
Lowcock ha cerrado su comparecencia desvelando algunas preguntas que han sido recibidas por su oficina en las últimas personas y respondiéndolas ante el Consejo de Seguridad de la ONU.
«¿Quién está bombardeando todos estos hospitales? No puedo decirlo. Pero al menos algunos de estos ataques han sido claramente organizados por personas con acceso a armas sofisticadas (…) y las llamadas armas de precisión o inteligentes», ha criticado.
«¿Están siendo atacados los hospitales de forma deliberada? No lo sé. La gente que lo sabe es la que tira las bombas. Lo que puedo decir es que hay muchos ataques contra instalaciones sanitarias», ha añadido.
Así, ha confirmado que los detalles sobre la localización de estos hospitales está en manos de las partes en conflicto, antes de resaltar que «no sabe» si esta información está siendo utilizada precisamente para perpetrar estos ataques.
«CRISIS HUMANITARIA CATASTRÓFICA»
Por su parte, la jefa de Asuntos Políticos de la ONU, Rosemary DiCarlo, ha resaltado que la situación en Idlib «ya se ha visto antes en Alepo, Ghuta Oriental y Raqqa».
«Si continúa la escalada (militar) y la ofensiva avanza, nos arriesgamos a una crisis humanitaria catastrófica y a una amenaza a la paz y seguridad internacional», ha advertido.
DiCarlo ha reconocido que la presencia en la zona del grupo terrorista Hayat Tahrir al Sham (HTS) «debe ser abordada», si bien ha reiterado que «con tres millones de civiles en una zona tan reducida, no se puede priorizar la lucha contra el terrorismo a las obligaciones bajo el Derecho Internacional».
«Unámonos hoy como primer paso para apoyar una reducción inmediata de la violencia en Idlib y trabajar hacia una solución política que satisfaga las aspiraciones legítimas del pueblo sirio», ha remachado.
LA OFENSIVA DEL EJÉRCITO
Rusia y Turquía llegaron a un acuerdo en septiembre de 2018 para establecer una zona desmilitarizada en Idlib, frenando con ello una gran ofensiva militar por parte del régimen de Bashar al Assad.
Sin embargo, HTS, una coalición de la que forma parte el antiguo Frente al Nusra, otrora filial de Al Qaeda en Siria, logró hace meses numerosos avances frente a otros grupos rebeldes e incrementó su control en la provincia.
La situación llevó a Rusia a denunciar que el acuerdo de alto el fuego no está siendo aplicado y a denunciar el peligro que supone el refuerzo de HTS, algo de lo que se ha hecho eco Damasco.
Finalmente, el Ejército ha iniciado una campaña de ataques en las últimas semanas en la provincia, desatando la preocupación internacional ante el recrudecimiento del conflicto en esta zona del país.