Matar a distancia, usando dispositivos robóticos capaces de actuar por su cuenta, no deja de ser matar. Y la posible violación de un regla que parece tan obvia es lo que ha impulsado a Naciones Unidas para convocar esta semana en Ginebra una reunión sobre las consecuencias de los dispositivos robóticos autónomos.
Bautizada como CCW Meeting of Experts on Lethal Autonomous Weapons Systems (LAWS), la cita de alto perfil convocada por ONU pretende servir para estudiar los sistemas de armas letales autónomas. A la reunión, que se celebrará desde el 13 al 17 de abril, se espera que acudan delegaciones de muchos de los 120 países que se han adherido a la Convención sobre Armas Convencionales.
«La Junta decidió convocar bajo la responsabilidad general del Presidente de una reunión informal de expertos de hasta cinco días durante la semana del 13 hasta 17 abril 2015 para discutir las cuestiones relacionadas con las tecnologías emergentes en el área de sistemas de armas letales autónomas, en el contexto de los objetivos y propósitos de la Convención. El Presidente de la Reunión de Expertos, bajo su propia responsabilidad, presentará un informe (…) que refleje objetivamente los debates celebrados «, señala la convocatoria del evento de ONU.
Para la reunión, Alemania ha enviado un documento de trabajo para ayudar a las delegaciones de los diversos países para preparar el encuentro de expertos. Como documentos a estudio también se cuenta con los paper remitidos por Japón, Cuba y Austria. Además, Zamir Akram embajador y representante permanente de Pakistán ante Naciones Unidas ha enviado una carta con el mismo propósito.
Las llamadas LAWS tienen la capacidad de identificar y atacar a un objetivo sin intervención humana. Sobre este problema llamó primero la atención de la comunidad internacional un informe realizado por Human Rights Watch (HRW) titulado «Losing Humanity: The Case Against Killer Robots», de noviembre de 2012.
Responsabilidad y crímenes de guerra
El Secretario General de la ONU, Ban Ki-moon, alzó su voz sobre los llamados «robots asesinos» en su informe sobre la protección de los civiles en los conflictos armados difundido en noviembre de 2013. En dicho texto señaló que se debían estudiar importantes cuestiones en cuanto a la capacidad de estos sistemas para operar de acuerdo con las normas internacionales, el derecho humanitario y los derechos humanos.
«¿Es moralmente aceptable delegar las decisiones sobre el uso de la fuerza letal en estos sistemas? ¿Si su uso resulta en un crimen de guerra o una grave violación de los derechos humanos, quién sería legalmente responsable? Si no puede determinarse la responsabilidad como exige el derecho internacional, ¿es legal o ético utilizar este tipo de sistemas?», se preguntó Ban Ki-moon.
El Secretario General añadió entonces que «a pesar de que los sistemas de armas autónomas todavía no se han desplegado y el grado de su desarrollo como tecnología militar no queda claro, la discusión de estas cuestiones debe comenzar inmediatamente y no una vez que la tecnología se haya desarrollado y su uso se haya generalizado».
Más recientemente, desde HRW han mantenida una intensa campaña para frenar los robots asesinos, difundiendo con este fin un cortometraje que explica los antecedentes de las leyes y el trabajo que está realizando Naciones Unidas y la sociedad civil.