Piedras, cuchillo, machetes, el brote de violencia xenófoba en Sudáfrica deja escenas terribles, seis muertos y 5.000 desplazados. También, graves consecuencias en los países vecinos.
En Mozambique, varios camiones y otros vehículos de matrícula sudafricana ha sido apedreados por unos 200 mozambiqueños y el gobierno de Maputo ha cerrado parte de su frontera con Sudáfrica para evitar más incidentes. En Zimbabue, la Unión Nacional de Estudiantes ha tensado más la cuerda al pedir a los jóvenes que ataquen negocios sudafricanos en el país. El país tiene previsto repatriar este domingo de Sudáfrica a un millar de inmigrantes, como medida de seguridad. Imita así a Malaui que ha anunciado que enviará seis autobuses para evacuar a los cerca de 500 ciudadanos afectados por el estallido xenófobo,
La ONU calcula que más de 5.000 extranjeros, sobre todo demandantes de asilo y refugiados africanos, fueron desplazados por las violencias xenófobas que sacuden Sudáfrica desde hace tres semanas.
«La mayor parte (de los desplazados) es originaria de países africanos», ha explicado un portavoz de ACNUR, Karin de Gruijl. Se trata, sobre todo, de «demandantes de asilo» que proceden, en su mayoría, «de Mozambique, de Malaui y de Zimbabue». El 50% de los extranjeros que huyeron de las violencias son personas «sin papeles» que entraron a África de forma ilegal, asegura De Gruijl.
«Celebramos la respuesta del gobierno que intenta contener la situación y ayudar a los que tuvieron que huir de sus casas», aseguran en ACNUR, aunque desde otros sectores el Gobierno sudafricano ha sido duramente criticado por su tardía y débil respuesta al brote de violencia xenófoba
«Los afectados por esos ataques xenófobos son refugiados y demandantes de asilo que tuvieron que abandonar sus países por culpa de la guerra y las persecuciones. Están en Sudáfrica y necesitan ser protegidos», añadió.
Los desplazados se trasladaron a cuatro refugios, pero se necesitan más instalaciones para acogerlos, explicó ACNUR. Otros extranjeros encontraron refugio en las mezquitas, iglesias y otros edificios.
Todos tienen en mente lo sucedido en 2008. Entonces, unos disturbios xenófobos dejaron 62 muertos en Sudáfrica y decenas de miles de desplazados.