«La Oficina de Naciones Unidas para los Derechos Humanos está extremadamente preocupada por las informaciones acerca del uso excesivo de la fuerza cometido por las fuerzas de seguridad contra manifestantes en Venezuela», ha dicho la portavoz de la Oficina, Marta Hurtado, en un comunicado.
«Ante las protestas masivas planeadas para hoy, hacemos un llamamiento a todas las partes para que muestren la máxima moderación y a las autoridades para que respeten el derecho a la reunión pacífica», ha dicho, advirtiendo igualmente «contra el uso de un lenguaje que incite a la violencia».
Hurtado ha recordado que, si bien «todas las partes deben renunciar al uso de la violencia», las autoridades tienen la obligación específica de «asegurar la protección de los Derechos Humanos de todas las personas, sin importar su afiliación política».
Además, ha reiterado el llamamiento de la ONU «a los líderes políticos para que establezcan discusiones significativas en aras a resolver la crisis actual» en Venezuela, subrayando que la Oficina «seguirá vigilando la evolución de la situación en el país».
»OPERACIÓN LIBERTAD»
El autoproclamado «presidente encargado» de Venezuela, Juan Guaidó, anunció el martes el inicio de la »Operación Libertad», asegurando que tenía el apoyo de «un grupo importante» de militares, incluidos el jefe del Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (SEBIN), para derrocar a Maduro.
Consiguió movilizar a miles de personas por Caracas y otras ciudades y que más uniformados se sumaran a su causa, pero no logró que el ministro de Defensa, Vladimir Padrino, y las Fuerzas Armadas cambiaran de bando. Según la versión de Estados Unidos, Padrino y otros »hombres fuertes» estaban convencidos pero Rusia y Cuba alertaron a Maduro.
Los cargas de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB) contra manifestantes dejaron al menos un muerto, más de cien resultaron heridas y al menos 119 fueron detenidas tanto en la capital como en otros lugares, de acuerdo con varias ONG locales.