El llamado «líder de la nación» convocó estos comicios adelantados en más de un año para despejar cualquier tipo de especulación sobre un posible sucesor. A la salida del colegio electoral, Nazarbayev se declaró «convencido» de que los kazajos proseguirán con su apuesta por la «estabilidad del Estado».
«Estoy seguro de que la gente votará por su futuro y por el futuro de sus hijos, por nuestra floreciente Kazajistán», ha manifestado el dirigente, de 74 años de edad y antiguo trabajador de la metalurgia, quien ha convertido al país en la segunda economía más grande de todos los países de la antigua Unión Soviética después de Rusia y, en la arena internacional, ha consolidado relaciones en todos los frentes, desde China a la Unión Europea.
De ello se hacen eco los ciudadanos. «Por supuesto que he votado por nuestro amado Nazarbayev. Nos ha dado todo: pensiones, medicamentos gratis y comida. ¿Qué más necesitamos? Que Dios le dé buena salud», ha manifestado Vera Kalinina, jubilada de 68 años de edad.
Con un 68 por ciento de participación a las 10 de la mañana, hora española, todo parece indicar que Nazarbayev repetirá la espectacular victoria de hace cuatro años, cuando obtuvo casi el 96 por ciento de los votos.
La poca oposición que queda en el país recuerda por contra que la mayoría de los críticos del presidente se encuentran encarcelados o han escapado del país. Revueltas como la de 2011 en la localidad de Zhanaozen, uno de los grandes yacimientos de crudo del país, se saldaron con 15 muertos por disparos de la Policía. Y ningún comicio kazajo ha recibido nunca la aprobación de los observadores electorales internacionales.
«No hay fuerza unida que resista el régimen de hoy en día», ha declarado con resignación el activista opositor Amirzhan Kosanov. «No tenemos preparada ninguna manifestación. Estas elecciones son una payasada», ha lamentado.