La española de origen canario, Silvia Ojeda vivió en directo el secuestro del centro comercial de Nairobi junto a su hija de once años. Silvia narra como fueron los primeros minutos, los disparos y el miedo que pasó junto a su hija escondida en un probador de una tienda durante más de cuatro horas: «Nunca he visto nada igual en los 22 años que llevo viviendo en Nairobi», aseguró la española, quien como muchos extranjeros y kenianos de clase media alta frecuenta el centro comercial de Westgate, uno de los más grandes y lujosos de la capital keniana. Las dos se encontraban mirando ropa en una conocida tienda keniana cuando oyeron un estruendo que en principio achacaron al derrumbe de alguna gran estructura de madera. «Entonces la gente, un poco asustada, empezó a entrar en la tienda y entendimos que lo que estábamos oyendo eran disparos», relata ya desde su casa, donde se encuentra «bien» a pesar de lo vivido.
Silvia y su hija permanecieron cuatro horas encerradas en los probadores, escuchando intercambios continuos de disparos durante las primeras horas, e intercambiando información con otros clientes del establecimiento. «Estuvimos todo el tiempo escuchando disparos. Mi hija no paraba de llorar. Estábamos sentados, callados, y cada vez que alguien recibía una llamada nos asustábamos», recuerda. A través de mensajes de texto a móviles, algunas llamadas y con los datos que una periodista italiana le iba relatando, los clientes de la franquicia de Woolworths conocieron lo que estaba ocurriendo en el piso de abajo.
Finalmente fueron rescatadas por la policía que las sacaron del centro por el tejado.