Entre los fallecidos se encuentran dos niños y una mujer. El recuento precisa que se trata de 16 fallecidos en Homs, tres muertos en Idlib y otros tres en Damasco.
Desde mediados del pasado mes de marzo, los sirios se han echado a las calles para exigir una apertura democrática y la dimisión del presidente Bashar al Assad, que ha respondido a sus movilizaciones con una violenta represión por parte de las fuerzas de seguridad, que, según la ONU, han acabado con la vida de más de 5.000 personas.
El régimen atribuye la inestabilidad a «grupos terroristas armados» apoyados por elementos extranjeros y que, según sus cálculos, habrían acabado con la vida de más de 2.000 policías y militares.