La organización, con sede en Reino Unido, ha dicho que un grupo de desertores del Ejército ha tendido una emboscada a cuatro todoterrenos militares, causando la muerte de ocho soldados, como respuesta al ataque de las Fuerzas Armadas, que acabó con la vida de cinco personas.
La ONU afirma que más de 5.000 personas han muerto a causa de la violencia que comenzó en Siria el pasado mes de marzo con las protestas antigubernamentales, que el presidente Bashar al Assad ha reprimido con dureza.
El Gobierno sirio dice que más de 1.100 miembros del Ejército, la Policía y los servicios de seguridad han perdido la vida. Los medios de comunicación públicos informan a diario de los funerales por los militares fallecidos, los enfrentamientos con grupos armados y el descubrimiento de explosivos.
Pese al empeoramiento de la crisis económica y el creciente número de deserciones en el Ejército, la mayoría de los militares siguen siendo leales a Al Assad. Al contrario que en Libia, los rebeldes no han conseguido que deserten altos cargos políticos o militares ni controlan totalmente ningún territorio.
Este miércoles, la violencia se ha extendido a Líbano. Unos soldados sirios han cruzado la frontera y han disparado con metralletas contra varios pastores libaneses a las afueras de Arsal, en el valle de la Becá, hiriendo a dos de ellos, según ha informado una fuente de las fuerzas de seguridad de Líbano citada por el diario »The Daily Star».
La fuente ha dicho que, al parecer, los pastores habían encendido una antorcha y eso pudo despertar las sospechas de los soldados sirios.