«Cinco diplomáticos rusos fueron declarados personas no gratas en Moldavia», ha informado la televisión Publika TV citando a la portavoz del Ministerio de Exteriores moldavo, Anna Samson.
Rusia, por su parte, ha calificado de «paradójica» la situación. «Hoy la embajada de Rusia en Chisinau recibió una nota de Exteriores de Moldavia que declara a algunos diplomáticos rusos ‘personas no gratas'», ha explicado la portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores ruso, Maria Zajarova.
Para la portavoz, «es una situación paradójica pero representativa». «Es evidente que no tiene nada que ver con el trabajo de los diplomáticos rusos sino muestra como se desarrolla la situación en Moldavia».
El propio presidente de Moldavia, Igor Dodon, ha calificado de «indignante la expulsión de diplomáticos rusos por orden del Gobierno de su país y la catalogó de provocación. «El Gobierno hizo un gesto indignante en relación con la Embajada de Rusia en Moldavia: hoy exigieron al embajador que cinco diplomáticos abandonen el país en 72 horas. Quiero señalar que estoy profundamente indignado ante ese paso hostil (…) y lo rechazo enérgicamente», ha declarado.
Por su parte, el senador Igor Morozov, miembro del Comité de Asuntos Exteriores, señaló que Moscú debe responder de manera simétrica a esa manifestación de las fuerzas antirrusas, presentes en Moldavia, y expulsar a diplomáticos moldavos.
«Su objetivo consiste en no permitir un acercamiento entre Rusia y Moldavia que comenzó después de la elección como presidente de Moldavia a Dodon. Esa expulsión de nuestros diplomáticos es una respuesta a la reciente visita de Dodon a Moscú y su encuentro», ha asegurado el parlamentario.