El terror fue el protagonista la noche del jueves en Dallas, Micah Xavier Johnson, reservista afroamericano de 25 años, al que «no se le conocen vínculos conocidos o inspiración alguna por parte de ninguna organización internacional», según el secretario de Seguridad Nacional de EEUU, Jeh Johnson, mató por su “enfado” por la muerte de negros a manos de policías. Estaba “enfadado con los blancos”, relató el atacante a los policías antes de ser abatido.
Las autoridades de EEUU indicaron hoy que el principal sospechoso de la matanza de Dallas, en el estado sureño de Texas, en la que murieron cinco policías, era un excombatiente que estuvo motivado por las recientes muertes de ciudadanos negros a manos de la policía y el deseo de matar a «policías blancos».
«Dijo que estaba enfadado con la gente blanca, especialmente con los policías blancos. El sospechoso declaró que no estaba afiliado a ningún grupo e indicó que hizo esto por sí solo», anunció hoy en una rueda de prensa el jefe de la Policía de Dallas, David Brown, convertido en uno de los rostros de la tragedia.
Abatido por un robot
El principal sospechoso, identificado como Micah Xavier Johnson, de 25 años y de raza negra, murió tras el ataque mientras se mantenía atrincherado en un estacionamiento debido a la explosión de una bomba que la policía envió cerca de él adosada a un robot.
Fuentes del Pentágono indicaron que Johnson estuvo destacado entre noviembre de 2013 y julio de 2014 en Afganistán con el Ejército de EEUU, y entre marzo de 2009 y abril de 2015 formó parte de la reserva del Ejército estadounidense y figuraba como especialista en actividades de carpintería y albañilería.
Según The New York Times, Johnson es el único agresor que disparó un arma en el ataque, durante una protesta contra la violencia policial que se desarrollaba pacíficamente en el centro de Dallas y que ha dejado cinco agentes muertos y nueve personas heridas, incluidos siete policías.
Todo planeado
No obstante, por el momento, el jefe de la policía local ha rechazado confirmar este extremo y ha hablado de «varios sospechosos» que perpetraron un ataque «bien planeado».
Al margen del fallecido, la Policía tiene detenidas a tres personas, incluida una mujer negra que fue detenida en el mismo estacionamiento y a otros dos individuos, cuya raza no se ha dado a conocer y que habían huido del lugar de los ataques y circulaban por la autopista.
No tenía antecedentes
Las autoridades no han desvelado qué relación mantenían estas personas con Johnson, que no tenía antecedentes penales ni vínculos con grupos terroristas, y que durante su tiempo en el Ejército recibió numerosas condecoraciones, como una distinción por la lucha contra el terrorismo y una medalla de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN).
El sospechoso muerto, que disparó contra los agentes que intentaban convencerlo de que se rindiese, aseguró haber colocado explosivos en el estacionamiento en el que se encontraba y por todo el centro de la ciudad, extremo que descartó la policía después de haber registrado y acordonado la zona.
El ataque se produjo cuando los manifestantes, al igual que ocurría en otras grandes ciudades de EEUU como Nueva York, Los Ángeles o Atlanta, protestaban por los últimos incidentes de violencia policial con tintes racistas registrados en el país.
Las autoridades estadounidenses y las organizaciones internacionales se han unido para condenar y unir sus voces ante tan atroz acontecimiento. Además, las calles de Nueva York, Atlanta y Filadelfia se han llenado de manifestantes y también ha habido actos en San Francisco y Phoenix para proetsatr contra la violencia policial.
Por su parte, el alcalde de la ciudad de Dallas, Mike Rawlings, ha afirmado este viernes que el sospechoso del autor de la matanza de cinco agentes de policía habría actuado en solitario.
«Creemos que ahora la ciudad es segura, el sospechoso está muerto y podemos empezar a recuperarnos», ha declarado Rawlings en una rueda de prensa.
El gobernador de Texas, Greg Abbott, ha afirmado en una rueda de prensa que, sin embargo, es importante determinar si hubo algún otro inspirador del ataque, perpetrado por un veterano de guerra estadounidense de 25 años identificado como Micah Johnson.
En las últimas horas, medios estadounidenses habían sugerido que el ataque había sido realizado por una sola persona. En declaraciones a la cadena MSNBC, el fiscal general de Texas, Ken Paxton, ha llamado a «no dar por seguras» estas informaciones.
«Todavía se está entrevistando a testigos, no creo que se vayan a conocer los detalles hasta pasado un tiempo», ha asegurado Paxton.
Las reacciones no se han hecho esperar
El secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki Moon, ha condenado este viernes la muerte de dos afroamericanos a manos de agentes de la Policía en Estados Unidos y la de cinco agentes durate una protesta en la ciudad de Dallas, y ha recordado que no existe nada que justifique la violencia.
La ONU ha rechazado los recientes acontecimientos violentos que han tenido en el país y que han dejado al menos siete muertos y ha subrayado la necesidad de hacer más para luchar contra la discriminación.
El Grupo de Trabajo de Expertos en Personas Afrodescendientes, dependiente de la ONU, ha expresado su indignación y su férrea condena los recientes asesinatos de dos afrodescendientes. El responsable del grupo, Ricardo A. Sunga III, ha afirmado que estos incidentes demuestran «un alto nivel de racismoinstitucional y estructural».
«Estos asesinatos, que fueron grabados en vídeos, no pueden ser ignorados. Pedimos una investigación independiente que garantice que los perpetradores sean procesados y castigados», ha añadido.
Por su parte, el portavoz de la Secretaría General ha indicado que Ban Ki Moon respalda la máxima de que «no hay justificación para este tipo de violencia».
«Los responsables han agravado el sufrimiento que muchos en Estados Unidos sienten tras el asesinato de dos afroamericanos en dos días. Estas muertes deben sersujeto de una investigación exhaustiva e imparcial», ha añadido.
El secretario general, que ha ofrecido sus condolencias a los familiares y amigos de las víctimas, así como al Departamento de Policía de Dallas, ha incidido en que los asesinatos de estos dos afroamericanos ponen el foco sobre la necesidad de abordar la discriminación y las disparidades raciales entre las fuerzas de seguridad de una manera integral.
La violencia policial, «habitual»
Por su parte, el Grupo de Trabajo ha hecho hincapié en que el excesivo uso de la fuerza por parte de la Policía hacia ciudadanos afrodescendientes es un fenómeno «habitual» en Estados Unidos, con una tasa de muertes entre negros que es más del doble que la tasa de muertos entre blancos.
«Estados Unidos está lejos de reconocer los mismos derechos a todos sus ciudadanos. Las medidas existentes para abordar crímenes racistas motivados por los prejuicios son insuficientes y han fracasado a la hora de detener los asesinatos», han explicado.
Asimismo, han indicado que «ya es hora» de que el Gobierno asegure con firmeza «que las vidas de negros importan», haciendo alusión al lema de la campaña antiviolencia surgida de la muerte de Michael Brown en el estado de Missouri en 2014, quien también murió a manos de la Policía. Y es hora también, han añadido, de que «impedir más asesinatos» se convierta en una «prioridad nacional».
Las calles piden justicia
Miles de personas han salido este viernes a las calles distintas ciudades de Estados Unidos para expresar su malestar por la muerte de dos hombres negros a manos de la Policía esta semana, un día después de que un hombre armado matara a cinco agentes durante una manifestación similar en Dallas, en Texas.
Las calles de Nueva York, Atlanta y Filadelfia se han llenado de manifestantes y también ha habido actos en San Francisco y Phoenix. La marcha más numerosa en Atlanta ha congregado a miles de personas que han cantando y ondeando letreros exigiendo justicia y han mostrado vídeos publicados en las redes sociales. Imágenes de televisión han mostrado a una enorme multitud frente a decenas de vehículos de la policía que estaban detenidos en una autopista interestatal local.