«Haremos todo lo que pueda hacerse para arrestar a los autores. No vamos a dejar que la gente desafíe al Estado y cometa actividades similares», ha dicho, según ha informado el diario local »L»Observatoire».
En sus primeras declaraciones a la prensa tras la masacre, cometida el 23 de marzo, Samaké ha detallado que el suceso se saldó con 162 muertos, 64 heridos y más de 500 casas y otras instalaciones incendiadas.
Asimismo, ha confirmado que hasta ahora han sido arrestados diez sospechosos y ha agregado que las autoridades «están buscando a elementos susceptibles de demostrar su responsabilidad individual o colectiva», tal y como ha recogido el portal local de noticias Malijet.
La Misión Multidimensional Integrada de Estabilización de Naciones Unidas en Malí (MINUSMA) publicó el jueves su informe preliminar sobre la masacre, un documento en el que señaló que cerca de un centenar de cazadores donzos acompañados de una decena de personas con uniformes militares atacaron la ciudad, de mayoría peul.
«El ataque provocó una confrontación armada entre los donzos y elementos armados peul que eran parte de una reunión de candidatos al proceso de desarme voluntario que estaban en la localidad y que se habían constituido »de facto» en un grupo de autodefensa», apuntó.
«El grupo de cazadores, superior en número y potencia de fuego, siguió avanzando hacia la localidad, matando de forma indiscriminada a hombres, mujeres y niños e incendiando las casas con ayuda de antorchas y otros combustibles preparados a tal efecto», añadió.
Así, la MINUSMA manifestó que el ataque se saldó con la muerte de al menos 157 miembros de la comunidad peul, entre ellos doce miembros de un grupo de autodefensa, mientras que el jefe de la misión, Mahamat Saleh Annadif, se mostró «sorprendido por la crueldad de estos actos abominables».
La misión destacó además que «el incidente no fue aislado, sino que se inscribe en un contexto de acentuación progresiva de la violencia con las tensiones comunitarias de fondo en la región de Mopti (centro)».
«Las emociones suscitadas por esta tragedia horrible sólo tendrán sentido si la cadena de la justicia se inicia de manera rápida y eficaz para poner fin a la impunidad. La restauración de la paz y la cohesión social en Malí tiene este precio, zanjó Annadif.