Las hostilidades comenzaron el pasado jueves se han prolongado hasta el domingo, dejando no solo un balance de víctimas considerable, sino privando además a muchas personas de recibir atención médica porque han obligado a cerrar un hospital público.
«Hemos atendido a casi cincuenta personas, pero sabemos que una gran cantidad de heridos con necesitad de recibir asistencia urgente no está logrando llegar hasta nosotros», ha dicho la coordinadora general de MSF en Yemen, Caroline Ducarme.
La cooperante ha contado que «muchos heridos están atrapados entre las líneas del frente, sin posibilidad de llegar a los centros de salud que hay tanto dentro como fuera de la ciudad». «Los pacientes nos dicen que no pueden acceder a los hospitales por los combates y bloqueos de carreteras», ha señalado.
Además, ha continuado, «muchos confiesan que para ellos los hospitales ya no son lugares seguros». Así, «hay quienes están sacando a sus familiares de los instalaciones médicas, mientras que una parte del personal ha dejado su trabajo porque teme por su seguridad».
Por un lado, ha señalado, «tienen miedo a sufrir nuevos ataques mientras están siendo atendidos» y, por otro, a represalias de otro tipo. En este sentido, ha relatado que «un paciente gravemente herido fue sacado por la fuerza del quirófano impidiéndole recibir la atención médica que necesitaba de manera urgente».
MSF ha reiterado su llamamiento a las partes en conflicto para que adopten las medidas necesarias para garantizar la protección de la población civil, lo cual incluye «facilitar el acceso a instalaciones médicas a todos los enfermos y heridos», facilitar los suministros a hospitales y respetar las instalaciones de salud.
En Yemen, MSF trabaja en 13 hospitales y centros de salud y brinda apoyo a más de 20 centros de salud en 12 de las 20 gobernaciones del país. «Sin embargo, los repetidos ataques contra el personal médico y contra las instalaciones en el último año han obligado a MSF a suspender sus actividades en varios lugares», ha lamentado la ONG.