¿El presidente de Rusia, Vladimir Putin, es un oportunista que aprovecha la ocasión para incomodar a Occidente o es un estratega inteligente con el objetivo a largo plazo de restaurar la grandeza de Rusia?
¿Es un actor racional consciente del delicado equilibrio del sistema internacional o está, como dijo un observador, «ebrio de poder» e inconsciente de las sanciones? Estas preguntas se las hacía este mismo mes de marzo la CNN.
Y Putin está empezando a responderlas una a una. Putin tuvo claro que sustituiría a Medvedev para crear una gran Rusia. Putin es una estratega inteligente que ha visto sus ideas expansionistas, su idea de imperio zarista tambalearse por un error que no fue suyo sino de los hombres a los que ha armado durante este tiempo. Los prorrusos de Ucrania. Derribar un avión comercial y matar a 298 pasajeros es mucho hasta para Putin acusado tambien por EEUU de bombardear directamente zonas de Ucrania en las últimas horas.
Putin siempre ha mantenido que la caída de la Unión Soviética había sido desafortunada porque había separado a los rusos. «La nación rusa se volvió uno de los mayores, si no es que el mayor grupo étnico del mundo al que separaron las fronteras», ha llegado a decir.
«No fue sino hasta que Crimea terminó formando parte de un país distinto que Rusia cuando no solo me die cuenta de que la habían robado, la habían saqueado. Si comprimes el resorte hasta el límite, se expandirá con fuerza«.
De las manifestaciones antiPutin a altas cotas de popularidad
Los rusos han pasado con este mensaje de manifestarse contra él a marcarle unos índices de aprobación inéditos. Los rusos han comprado la idea de una Rusia fuerte, imperial, que mire cara a cara al mundo y le desafíe. Pero el MH17 ha sido demasiado. Rusia ya es uno de los países con peor imagen del mundo. Y vuelve a ser un enemigo para EEUU aunque con reservas.
Gradualmente, los gobiernos pro-Occidente han asumido el poder alrededor de Rusia, a lo largo de los países bálticos y ahora en Ucrania, con lo que se agrava el viejo temor ruso a quedar rodeado. Ucrania no podía aliarse con Europa. Y lo ha hecho. Las consecuencias se ven hoy. Muertos, enfrentamientos armados, y apoyo ruso a los rebeldes. Sin medias tintas.
A Rusia se la ha calificado de antidemocrática, corrupta y carente de valores
Otra cosa que se desconoce es si el Kremlin siente que Occidente está dispuesto a aplicar sanciones graves y duraderas. Lo duda. Hay mucho en juego. Y putin sigue con el suyo.
Tal vez la principal pregunta es si Putin acepta que Rusia debe integrarse totalmente a la economía internacional en el siglo XXI como miembro de la Organización Mundial de Comercio, tener una moneda convertible y un estado de derecho que permita y anime a las empresas a hacer negocios en su territorio. Parece que Putin hasta ahora ha decidido que Occidente sea su enemigo y no su aliado en tantos asuntos como el yihadismo. Veremos si el futuro indica lo contrario, pero ni Hillary Clinton, que puede ser la próxima presidente de EEUU, ni Merkel, la mujer más poderosa de Europa, confían en él. Si lo hace su pueblo, que le ve como el único capaz de defender a Rusia como lo siempre fue. O lo que ellos siempre han querido y sentido que era: un imperio a la altura de EEUU.