Los guardacostas libios interceptaron el domingo cinco embarcaciones con unos 500 emigrantes a bordo que trataban de atravesar el Mediterráneo para llegar a Europa, según responsables.
Los navíos fueron localizados a ocho millas náuticas de las costas libias, y recibieron la orden de regresar a Misrata, al este de la capital, Trípoli, donde las autoridades han instalado un centro de detención, explicó a la AFP el coronel Reda Isa.
Este episodio es el último de un fin de semana marcado por numerosas operaciones de salvamento en el Mediterráneo. Más de 3.700 personas fueron rescatadas el sábado y varios centenares el domingo, mientras que una decena fueron encontradas muertas.
Cada día, centenares de emigrantes embarcan en las costas libias con la esperanza de llegar al continente europeo: en la travesía, extremadamente peligrosa, se han dejado la vida solo en abril 1.200 personas, 750 de ellas en una de las peores tragedias marítimas desde hace décadas.
Tras el drama ocurrido, la UE decidió reforzar su presencia en el mar y triplicar su presupuesto de salvamento marítimo, pero la inestable situación política en Libia favorece la utilización de sus costas como una de las grandes rutas de tránsito a Europa.