La liberación de Al Digair ha sido confirmada por su propio partido y ha tenido lugar tras las informaciones que apuntan a que el mandatario liberará a los líderes políticos detenidos para participar en un proceso de diálogo.
Según las informaciones facilitadas por el portal local de noticias Sudan Tribune, en la actualidad hay 40 altos cargos del Partido Sudanés del Congreso detenidos en el país, junto a decenas de políticos y activistas.
Al Bashir declaró el 22 de febrero el estado de emergencia durante un periodo de un año y anunció la disolución del Gobierno federal y los gobiernos regionales, además de otras medidas adicionales desveladas el lunes para hacer frente a la ola de protestas contra él.
Posteriormente, anunció que delegaba sus competencias como líder del gubernamental Partido Nacional del Congreso en Ahmed Harun, días después de que éste fuera elegido como vicepresidente de la formación.
Hasta el momento, las autoridades han contabilizado más de 30 muertos en el marco de las manifestaciones, incluidos dos policías. Grupos de Derechos Humanos estiman en al menos 40 los fallecidos durante estas protestas, las más importantes desde que Al Bashir llegó al poder en un golpe de Estado en 1989.
En discursos previos, Al Bashir ha responsabilizado de las protestas a «agentes» extranjeros y ha retado a sus rivales a tratar de llegar al poder a través de las urnas. Asimismo, ha advertido de que no permitirá ninguna »Primavera Árabe», en alusión a la ola de protestas que sacudió Oriente Próximo y el norte de África en 2011.
Sobre Al Bashir pesa una orden de arresto del Tribunal Penal Internacional (TPI) por genocidio y crímenes contra la Humanidad por los presuntos abusos cometidos en la provincia de Darfur. Hasta ahora se ha librado del procesamiento al evitar su detención viajando sólo a países aliados.