Lavrov y Pompeo han mantenido este viernes una conversación telefónica en la que el ruso «ha expresado un categórico rechazo ante las sanciones anunciadas recientemente por Estados Unidos, que se basan en la presunta implicación de Rusia en el llamado caso Skripal».
El jefe de la diplomacia rusa ha recalcado que «desde que tuvo lugar el incidente en Salisbury ni Estados Unidos, ni Reino Unido, ni ningún otro país han presentado dato alguno que confirme las declaraciones» que señalan a Rusia como culpable.
Además, Lavrov y Pompeo han revisado algunos temas de la agenda internacional, «incluida la situación en Siria, así como otros temas examinados durante la reunión de los presidentes de Rusia y Estados Unidos el 16 de julio en Helsinki», de acuerdo con un comunicado del Ministerio de Exteriores de Rusia recogido por la agencia de noticias oficial Sputnik.
Por su parte, el presidente ruso, Vladimir Putin, ha reunido este viernes a su Consejo de Seguridad para analizar la respuesta a las sanciones estadounidenses, según ha informado el portavoz del Kremlin, Dimitri Peskov, en declaraciones recogidas por la agencia de noticias Itar-Tass.
Peskov ya avanzó el jueves que Rusia empezaría a trabajar en medidas punitivas que tengan «el mismo espíritu» que las adoptadas por Estados Unidos.
CASO SKRIPAL
El Departamento de Estado de Estados Unidos anunció el miércoles que hacia el 22 de agosto entraría en vigor una nueva tanda de sanciones contra Rusia por su presunta implicación en «un intento de asesinato» contra los Skripal mediante el uso del agente nervioso Novichok.
Los Skripal fueron encontrados inconscientes en un bando de las calles de Salisbury, donde vive desde hace años el ex espía gracias a un acuerdo de canje de agentes entre Rusia y Estados Unidos, después de entrar en contacto con Nochivok, una sustancia tóxica de origen soviético que no se usaba desde la Guerra Fría.
En un caso parecido, Charles Rowley, de 45 años, y su pareja, Dawn Sturgess, de 44, cayeron enfermos el 30 de junio en Amesbury, cerca de Salisbury, por manipular un objeto contaminado con dicho agente nervioso. Reino Unido investiga también la posible implicación rusa en este suceso. Rowley ya se ha recuperado, pero Sturgess murió.
El Gobierno de Putin ha negado cualquier responsabilidad en estos dos incidentes y ha exigido a Reino Unido que muestre las pruebas de la supuesta autoría rusa. De momento, investigadores de la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas (OPAQ) tratan de confirmar el uso de Novichok en ambos ataques.