Juncker y May han abordado durante una cena de trabajo en Bruselas los avances logrados hasta ahora en las negociaciones del Brexit y «han acordado que esos esfuerzos se deben acelerar a lo largo de los próximos meses», según han indicado en un comunicado conjunto.
La declaración define la cena como un encuentro «constructivo» y «amistoso», durante el que han valorado los pasos dados en las rondas de contactos, pero no tratado el Brexit en profundidad, porque no es el marco definido por la UE y Reino Unido para ello.
Dicho marco son las rondas de conversaciones que conducen los respectivos jefes negociadores, el europeo Michel Barnier y el británico David Davis, ambos presentes durante la cena, según han señalado fuentes comunitarias.
La última se celebró la semana pasada en la capital europea y Barnier certificó que no se dan las condiciones para recomendar a los líderes de la UE pasar a la segunda fase, que permitiría abrir la discusión sobre el periodo de transición y el marco futuro de las relaciones que reclama Londres.
La UE quiere sellar antes «avances significativos» en las tres prioridades del divorcio (derechos de los ciudadanos, factura de salida y frontera irlandesa), pero el propio Barnier situó las conversaciones en «punto muerto» en cuanto la factura.
La posibilidad de celebrar una cena entre Juncker y May era una posibilidad desde hace semanas, según las fuentes consultadas, pero no se concretó hasta este fin de semana, a la luz del atasco en las conversaciones sobre el Brexit.
Con todo, la agenda del encuentro ha incluido otros asuntos de interés común en el plano europeo y global, incluido el objetivo de preservar el acuerdo nuclear con Irán y la lucha común para reforzar la seguridad de los ciudadanos en la UE.
También han aprovechado para preparar la cumbre de jefes de Estado y de Gobierno de la UE que reunirá a los líderes europeos este jueves en Bruselas. El viernes los mandatarios continuarán la cumbre, ya sin Reino Unido, para analizar el estado de las negociaciones del Brexit.