Miguel Aguirre, presidente de honor de la Fundación Bangasso permance en contacto con Monseñor Bonseñor Aguirre, «que lleva en el país 32 años». Explica que las comunicaciones se encuentran cortadas pero que pudieron hablar con el sacerdote a las 20:30 de ayer».
«Se encuentra en la Maison Comboni, a solo un kilómetro del Palacio Presidencial y durante todo el día escucharon disparos de ametralladoras y morteros» asegura Aguirre.
La situación es «muy inestable», dice.
Si se instaura allí la sharia será un horror
Insiste en que «se han saqueado iglesias y catedrales» subraya Aguirre. En un país en el que se considera que un 35 por ciento de la población son católicos la actuación de este grupo rebelde se está dirigiendo hacia los católicos, según explica Aguirre.
Han saqueado nuestros hospitales
Además, explca que las instalaciones de la Fundación en Bangassu fueron saqueadas. «Llegaron los rebeldes y robaron los colchones sobre los que descansaban los enfermos. Los destruyeron todo, el trabajo de más de diez años», explica.
Desde la semana pasada la gente empezó a tener miedo
“En la mañana del domingo de Ramos, tras un par de horas de detonaciones fuertes, los rebeldes de la Seleka han completado el control sobre Bangui, tomando el palacio presidencial y la radio nacional” El que habla es José Carlos Rodríguez que despegó el sábado del que probablemente haya sido el último vuelo comercial desde el aeropuerto de Bangui.
Explica que la tensión en el país empezó la semana pasada, “desde el lunes y el martes la gente empezó a tener miedo de un ataque de la Seleka”. Situación que desde el viernes empezó a tomar forma. “Por la mañana, los rebeldes entran en Damara, a 60 kilómetros de la capital, considerada como la “línea roja” que no podían cruzar según el alto el fuego”, señala José Carlos Rodríguez.
Finalmente el domingo, “entre las 8 y las 10 de la mañana los rebeldes toman el palacio presidencial. El presidente Bozizé huye a la R D Congo”
Seleka es un grupo formado por cinco grupos rebelde y “entre sus filas hay también numerosos extranjeros, sobre todo bandidos chadianos y ‘janjaweed’ sudaneses”, explica José Carlos.
A pesar de que el salió del país el sábado pudo comprobar con sus propios ojos cómo en la ciudad se vivían “escenas de pánico, la gente corría desesperada. Los coches circulan a velocidad endiablada”.
Y es que la población tiene motivos para la preocuopación “En los lugares bajo su dominio han destruido estructuras gubernamentales, saqueado casas y comercio, violado sistemáticamente a mujeres y realizado asesinatos selectivos”