El ministro de Exteriores jordano, Aiman Safadi, ha dicho que la decisión de Amán se anunciará «de forma clara y con confianza» una vez sea adoptada, antes de agregar que el país «tiene derecho a valorar, consultar y discutir el asunto con los amigos y hermanos».
«Cuando tomemos la decisión (sobre si participar), la anunciaremos claramente», ha dicho, en una entrevista concedida a la cadena de televisión Al Mamlaká, en la que ha reiterado que la postura de Jordania sobre Palestina «no está abierta a interpretación».
En este sentido, ha manifestado que las autoridades del país árabe consideran que no hay alternativa a la solución de dos estados, que contempla la creación de un Estado palestino sobre las fronteras de 1967 y con Jerusalén Este como capital.
«En caso de que decidamos participar, acudiremos para expresar nuestra postura con confianza. Escucharemos lo que se propone y, si va en línea con nuestras posiciones, lo reconoceremos. Si no, lo rechazaremos», ha zanjado, tal y como ha recogido el diario local »The Jordan Times».
Estados Unidos anunció en mayo la conferencia y la describió como parte del esperado »acuerdo del siglo» que la Administración de Donald Trump prepara para intentar lograr un acuerdo entre israelíes y palestinos.
Inmediatamente después, el Gobierno palestino resaltó que no había sido informado de la conferencia y anunció que no enviaría una representación, al tiempo que pidió a los estados árabes que tampoco acudieran a la misma.
Fuentes oficiales estadounidenses han señalado en los últimos días que tanto Jordania como Egipto y Marruecos han confirmado que asistirán a la conferencia, lo que llevó al Ejecutivo palestino a pedir que se replantearan su decisión.
La Autoridad Palestina ya ha rechazado la mediación de Estados Unidos por su decisión sobre el estatus de Jerusalén, argumentando que mantiene una postura sesgada y favorable a los intereses de Israel.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció el 6 de diciembre de 2017 el cambio a Jerusalén de la sede diplomática en Israel, dinamitando con ello el único punto de consenso en la comunidad internacional sobre el conflicto entre israelíes y palestinos: que el estatus de la ciudad santa debía decidirse en un eventual diálogo de paz.
Un total de 128 países se manifestaron en contra de este movimiento en una votación de la Asamblea General de Naciones Unidas, pese a lo cual Estados Unidos y sus aliados han seguido adelante con sus planes. Israel considera zanjada la cuestión de la capitalidad de Jerusalén.