El jefe del ejecutivo de Hong Kong acusó a «fuerzas extranjeras» de alentar y estar detrás de las manifestaciones prodemocracia que paralizan parte de la excolonia británica desde hace más de tres semanas.
Leung Chung-ying declaró que «fuerzas exteriores» al país atizan las llamas del movimiento prodemocracia que desde el 28 de septiembre ha llevado a las calles a decenas de miles de manifestantes y la acampada en tres puntos del territorio autónomo tutelado por China.
El número uno del gobierno local declinó identificar esas «fuerzas exteriores». «No voy a entrar en detalles, pero no se trata de un movimiento enteramente interno», dijo la noche del domingo en una televisión de Hong Kong.
Los medios de comunicación oficiales chinos han acusado varias veces a «fuerzas antichinas» como Estados Unidos de manipular a los manifestantes. Pekín advirtió contra toda injerencia extranjeras en las protestas de Hong Kong.
Leung, considerado por el movimiento prodemocracia una marioneta de Pekín, declaró que las manifestaciones habían «escapado a todo control» y abogó por un «acuerdo pacífico y sensato del problema».
El número uno de Hong Kong se expresaba después de producirse nuevos enfrentamientos violentos entre policías y manifestantes, que dejaron 20 heridos las primeras horas del domingo.
El Gobierno se propone reunirse el martes con los estudiantes, motores del movimiento. Los observadores consideran muy improbable que Pekín haga concesiones porque teme el contagio democrático.
Los manifestantes reclaman la dimisión del jefe del ejecutivo, Leung Chun-ying, y la instauración de un verdadero sufragio universal en ese territorio autónomo, que vive su crisis política más grave desde su retrocesión a China en 1997.
Chine aceptó el principio del sufragio universal para la elección del próximo jefe del ejecutivo en 2017, aunque quiere controlar el proceso electoral y conservar el control de las candidaturas.