«Los saudíes no saben dónde está el cuerpo de Jashogi», según la cadena estadounidense, citando a estas mismas fuentes, aunque dan por seguro que ya no se encuentra en el consulado, donde el periodista entró por última vez hace casi 20 días.
La versión oficial del fiscal general saudí apuntó que se registró una disputa entre Jashogi y varias personas en el interior del edificio — donde acudió para arreglar unos papeles de matrimonio — que se saldó con su muerte.
Las investigaciones preliminares apuntan a que la «discusión» entre el periodista y estas personas «derivó en una pelea a puñetazos que se saldó con su muerte (…) y el intento de encubrir lo que había pasado».
Numerosas ONG, así como Naciones Unidas y gobiernos occidentales consideran esta explicación insuficiente, sospechan que Jashogi, un periodista crítico con el Gobierno saudí y residente en EEUU, fue interrogado, torturado y finalmente ejecutado de manera extrajudicial.
Se sospecha además que su cuerpo fue descuartizado para no despertar sospechas a la hora de sacarle del consulado.