«Tenéis dos opciones: o arrodillaros ante los apóstatas, aunque sea imposible, o tomar las armas», ha indicado Abu Mohammed al Adnani, el portavoz del grupo, en un audio publicado en una página web yihadista.
Desde el pasado diciembre, se suceden las protestas de suníes, especialmente en Anbar (oeste), en las que denuncian las discriminaciones que sufren desde la caída de Sadam Hussein en 2003.
Los líderes suníes han pedido cambios en la ley sobre terrorismo y otras normas para atacar a los antiguos miembros del partido de Sadam, el Baaz, ya que se utilizan para atacar a los creyentes de esta rama del Islam.
En un intento por acabar con esta crisis, el Ejecutivo iraquí ha aumentado el salario a los miembros de una milicia suní que luchó contra Al Qaeda, ha revisado varios casos de encarcelados y ha acabado con los arrestos efectuados gracias a la información de confidentes.
La tensión estalló la semana pasada cuando un soldado mató a cinco personas en Faluya. Antes, un terrorista suicida perpetró un ataque en la misma ciudad y mató a una persona.
Aunque los enfrentamientos no han llegado al nivel de 2006 y 2007, cuando se produjeron grandes enfrentamientos entre las diferentes comunidades, la tensión ha aumentado desde que las tropas estadounidenses dejaron el país en diciembre de 2011.