El atentado, que se saldó con cuatro muertos y 15 heridos, fue perpetrado cerca de un parque en el distrito de Shula, ubicado en el norte de la ciudad y mayoritariamente chií.
Fuentes de seguridad citadas por la cadena de televisión local Al Sumaria indicaron que un agente de la Policía interceptó al terrorista e impidió que entrara en el parque, momento en el que el suicida activó los explosivos que portaba.
El presidente iraquí, Fuad Masum, ha condenado durante la jornada el atentado y ha resaltado que «este crimen atroz demuestra que los responsables de estos ataques terroristas son cobardes y no tienen valores morales».
Asimismo, ha pedido a las fuerzas de seguridad que «sigan atentas» y que lleven ante los tribunales a todos los terroristas que permanecen fugados «para que sean castigados por sus crímenes», tal y como ha informado el portal local de noticias Iraqi News.
El primer ministro de Irak, Haider al Abadi, anunció el 9 de diciembre el «fin de la guerra» contra Estado Islámico en el país, después de que los militares recuperaran los últimos bastiones que aún permanecían bajo control de la organización yihadista.