Diez años después de convertirse en el primer país europeo en prohibir fumar en el lugar de trabajo, Irlanda pretende también dar ejemplo a sus vecinos con la imposición de paquetes de tabaco blancos, sin signos ni colores.
La medida, a la que se oponen enérgicamente las tabacaleras, forma parte del plan para ser un país libre de humo en 2025 -lo que significa una tasa de fumadores inferior al 5%- y será votada por el parlamento en 2015.
Según el proyecto de ley, todos los signos de la marca, incluyendo logotipos y colores, estarán prohibidos y todos los productos tendrán un envase uniforme con advertencias sanitarias gráficas.
«La caja de cigarrillos es la última forma de publicidad que tiene la industria», explicó a a la AFP James Reilly, ministro irlandés para la Infancia.
«La publicidad influye en los niños. Creo que esto evitará que muchos comiencen a fumar».
En marzo de 2004, Irlanda se convirtió en el primer país del mundo en adoptar una prohibición total de fumar en los lugares de trabajo, lo que significó el fin del humo en sus legendarios pubs.
Una década después, Irlanda está a la vanguardia de Europa, pero detrás de Australia, que en 2012 fue el primero en imponer el empaquetado genérico.
La iniciativa de Canberra se topó con la feroz oposición de las empresas tabacaleras y otras naciones, especialmente las economías productoras de tabaco.
Cinco miembros de la Organización Mundial del Comercio han iniciado un proceso en contra las medidas de Australia en la OMC, argumentando que las leyes suponen una restricción ilegal en el comercio.
Las compañías dan la batalla
Como fue el caso de Australia, las compañías de tabaco están dando la batalla a Dublín.
«No hay pruebas de que en Australia, donde el empaquetado genérico ha estado en vigor durante casi dos años, el empaquetado genérico haya reducido el consumo de tabaco», dijo a la AFP el director en Irlanda de la tabacalera Japan Tobacco International, Igor Dzaja.
Canberra afirma en cambio que los fumadores han pasado del 15,1% al 12,8% en tres años.
Pat Doorley, director del grupo de políticas contra el tabaco del Real Colegio de Médicos de Irlanda, afirma que existen 50 estudios que apuntan a que la medida va a funcionar.
«La idea central de todos estos estudios es que la gente prefiere los paquetes con los logotipos y el relieve y los colores a los paquetes blancos», dijo a la AFP.
«Los niños piensan que son más divertidos. Además, es menos probable que la gente tome nota de las advertencias sanitarias en los paquetes de colores.»
Dublín también está tratando de prohibir fumar en los coches con los niños y quiere seguir aumentando el precio del tabaco.
En el presupuesto del mes pasado, se añadieron 0,40 céntimos al precio del paquete de 20 cigarrillos, con lo que se alcanzará el coste de 10 euros por primera vez.
Las compañías tabacaleras sostienen que el empaquetado genérico infringe sus derechos de propiedad intelectual.
Philip Morris International dijo que la imposición de una «prohibición arbitraria a las marcas ignora los datos que demuestran» que el empaquetado genérico «confunde y es injustificable».
Dublín seguirá adelanta
Pero Reilly es inflexible y Dublín seguirá adelante con los planes, a pesar de la oposición y los posibles desafíos legales.
«Creo que una prueba de que funcionará es la airada reacción de la industria tabacalera».
«En toda Europa 700.000 personas mueren cada año por enfermedades relacionadas con el tabaco».
Reilly dijo que Irlanda puede lograr su objetivo de erradicar el tabaquismo en 2015, pese la tasa actual de 21,5% de fumadores, según el servicio de sanidad de Irlanda.
«Absolutamente. Uno siempre debe apuntar tan alto como se pueda».