Vandenborre, con 40 años de servicio en el servicio de Inteligencia belga y que niega haber espiado para Rusia, fue apartado de sus funciones a finales de enero y está acusado de destruir documentación sensible, según reveló el diario flamenco »De Morgen» esta semana.
Su nombre se ha visto salpicado después de que otro agente de contrainteligencia belga alegara en una carta que Vandenborre suministró información clasificada durante una operación especial en Serbia en 2016 a su contacto, que se sospecha que era un doble agente que trabaja para Rusia.