Las autoridades británicas están prácticamente convencidas de que Skripal y su hija Yulia fueron contaminados con un agente tóxico, posiblemente el identificado como Novichok, derivado del gas VX, y han responsabilizado de ello al Gobierno de Moscú. Padre e hija están ingresados en estado grave desde el incidente, el pasado 4 de marzo.
Moscú ha negado toda participación y ha acusado a Reino Unido de dar evasivas a la hora de aceptar su colaboración en la investigación del caso. El Kremlin había llegado incluso a aceptar la participación de la propia OPAQ como organismo independiente, una decisión finalmente realizada por Londres de manera unilateral.
«La respuesta de Rusia ha sido una combinación de sarcasmo y delirio», ha declarado Johnson en la cadena BBC antes de anunciar la llegada de los investigadores.