El servicio de inteligencia interior israelí, el Shin Bet, está involucrado en un caso sobre el que un tribunal israelí ha impuesto el secreto de sumario a petición de la Policía, dada la sensibilidad del tema.
Rabi, su marido y su hija de nueve años circulaban cerca de la intersección de Tapuach, próxima a la ciudad de Biddya, en Cisjordania, cuando su vehículo fue apedreado por colonos israelíes.
Según explicó su marido, Yacoub al Rawbi, al diario israelí Ynet, todos ellos regresaban de una boda en la localidad cisjordana de Hebrón cuando «una roca enorme estalló contra el coche y golpeó a mi mujer en la cabeza».
Rama, su hija de ocho años, comentó a la agencia palestina Maan que «las rocas nos cayeron encima como la lluvia, no sabía lo que pasó, mi cabeza estaba llena de cristales rotos, miré a mi madre y la vi sangrar de su cabeza. Ella no dijo nada y yo empecé a llorar».
La mujer falleció en un hospital de Nablús.
El funeral se ha celebrado este sábado, con la asistencia de miles de residentes de la localidad y de emplazamientos cercanos.